Narra Vaska:
La mejor sensación del día fue despertar junto a las dos personas que más amo.
Bianca se movía muy ansiosa al ver que su papá estaba con nosotras.
-Debemos llevarla con el kinesiólogo- me quejé.
-Le pediré el auto a Jason.
-No, ni lo sueñes. Mira cómo estás, con esa pierna no puedes manejar. Ni siquiera deberías estar caminando. ¡Deberías estar en reposo!
Rodó los ojos.
-No dejaré que vayas sola.
-Iré con Isabella, y luego te pasaré a ver a tu casa.
Él apretó los labios.
-Está bien- asintió.
Narra Leo:
Caminé a mi casa cojeando levemente, Vas tiene razón, si la hubiese acompañado estaría muriéndome ahora.
Llegué a mi casa y bufé.
-Hola má.
-Hola hijo, ¿Y las chicas?
-Vas llevó a Bianca con el kinesiólogo. En la tarde vendrán.
-Genial- sonrió- oye... una chica preguntó por ti, Kate creo que se llamaba- apreté los labios, me quedó mirando- no la jodas con Vaska... no seas idiota.
-Gracias por el consejo- murmuré y subí las escaleras lentamente.
[...]
-Kate, te he dicho mil veces que estoy con Vaska, y soy feliz con ella, gracias.
-Pero no te estoy diciendo que la dejes...
Cerré los ojos.
-Te dije que borraras mi número.
-Leo... recuerda lo bien que lo pasamos en el verano, antes de que naciera tu hija.
-Kate, seré sincero. Sólo te utilicé. Porque yo amaba y amo a Vaska, te usé para sacarla de mi cabeza aunque fueran unos minutos.
-Leo- dijo con su voz seductora- sólo una vez, déjame darte un premio antes de que te vayas al servicio...
-No- corté.
Narra Vaska:
Hans rió y pasó sus manos por su cabello, miré hacia atrás, Bianca dormía, quedó muy agotada con nuestra visita al kinesiólogo.
-¿Y cómo es que no se puso celoso porque yo te traería?
-Le dije que iría con Isa... ¿Te imaginas insistía en acompañarme? Estaría todo enojado ahí atrás- reímos.
Paró el auto frente a la casa de Leo.
-Gracias por todo, Hans- lo abracé- ni se te ocurra salir del auto.
Me bajé y saqué a Bianca con su moisés.
-¡Te quiero!
Cerré la puerta y él avanzó un poco, caminé hasta la puerta y toqué.
Enseguida alguien abrió.
-Vas- Madeline me sonrió, miró enseguida a Bianca- ¡Esta niña viene derrotada!
Reí y la dejé con sus moisés en la sala.
-Leo está arriba.
-¿Puedes echarle un ojo?