Narra Vaska:
-Me llamas cualquier cosa- dijo Leo, lo besé y me bajé del auto.
Él esperó a que entrara en la casa para irse.
Papá e Isabella estaban en la cocina.
-Hola- saludé- fui a cenar a la casa de Leo.
Mi papá asintió.
-Que bueno que ya están bien...
-¿Y Mathew?- pregunté.
-No sale de su habitación...
Suspiré.
-¿Sabes lo que pasó ahora?
-Si... pero no te puedo contar...
Él frunció su ceño.
-Ni siquiera intentes sacarme información...
[...]
Y así fue por el resto del mes.
Matt encerrado en su habitación, apenas nos hablaba.
Leo y yo vamos bien. Hasta el momento no ha habido ninguna discusión fuerte... tuvimos una por un malentendido. Pero ya lo olvidamos y superamos.
Caminé con mi gran panza hacia el sofá. Mis pies están hinchados y la espalda me duele tanto como si llevase 20 kg más... y estoy segura que no son más de 2 kg.
Tocaron la puerta y caminé a abrir.
-Hola preciosa.
Leo me besó.
-Hola- le sonreí.
-¿Qué pasa?
-¿Por qué?
-Tienes cara de... mierda.
-Tu hija pesa... y mucho.
Él sonrió.
-Ay, pero si es apenas una pequeña bebita...
Caminamos hasta el sillón.
-¿Cómo te fue hoy en el colegio?
-Bien- suspiré- ¿Y a ti...? No te vi hoy.
-Hice doble turno en el trabajo.
Se me rompió el corazón.
-No dejes de estudiar... Sabes que mi papá nos ayudará a pagar las cosas de la bebé... ya luego más adelante podremos pensar en cómo devolverle todo.
-Pero no me gusta que paguen todo... mi papá también va a ayudar... pero es nuestra hija, no de ellos.
-Si, lo sé. Pero no debes dejar de estudiar... los estudios es lo único que sacará adelante a nuestra pequeña familia...
-Deberían premiar a la gente por su esfuerzo... no por sus calificaciones- se quejó.
-Lo sé, mi amor... si tuviera que premiarte por tu esfuerzo te haría multimillonario. Enserio aprecio lo que haces por nosotras- toqué mi panza- estamos muy orgullosas de ti- él sonrió- y sé que apenas duermes por estudiar y trabajar. Pero te prometo que apenas nazca la bebé buscaré un trabajo.
-No- él negó- tú dedícate a estudiar y a la bebé, yo me encargo de trabajar.
Suspiré.
-Pero prométeme que te preocuparás más de los estudios. Es lo único que tenemos de bueno para luego salir adelante... ¿Has pensado en qué quieres estudiar?