Narra Vaska:
-No puede ser, no puede ser- balbuceé.
-Cariño, no sabemos si él estaba ahí...
-¡Él se venía ayer! ¡Ese avión despegó ayer!
-Cariño, más de dos aviones despegaron ayer...
-Voy a vomitar...
-No, suficiente- murmuró mi papá- debes aprender a controlarte.
-Cariño- murmuró Isabella.
-Está bien que sea difícil... pero no puedes ponerte así cada vez que Leo viaje... sé que es difícil hija, sé que costará... pero esto es lo que Leo ama, y tendrás muchos momentos como este en tu vida. Así que debes aprender a controlarte, por ti y por tu hija.
Narra Leo:
-Hola mamá.
-¡Ay, dios santo!
Fruncí mi ceño.
-¡Vaska está a punto de morirse de los nervios!
-¿Por qué? ¿Qué pasó?- dejé mi bolso en el suelo.
Apuntó la televisión.
-Oh, dios...
-Pensamos que era el avión en el que venías... ¡Ve a ver a Vaska! Desde ayer que no deja de llorar y llamar cada media hora para preguntar si sabemos algo.
Tomé las llaves de mi auto y lo saqué del garaje.
[...]
David me abrió la puerta.
-Leonardo, gracias a Dios- bufó- pensamos lo peor.
-¿Vaska?
-Está durmiendo... no pegó un ojo en más de un día...
Subí las escaleras.
Vaska dormía tendida en la cama.
-Cariño...- acaricié su espalda- Vas.
Abrió los ojos.
Frunció su ceño.
-Dime que no es un sueño- sollozó.
-No, mi vida- reí- estoy aquí.
Tocó mi cara.
-¡Leo!- saltó a mis brazos- ay dios, ¿Estás bien? Dime por favor que estás bien.
Se separó y me miró completo.
Me besó.
-Pensé que estabas muerto, Leonardo...
-No sabía que había caído un avión...- murmuré- pobre de mis compañeros... y sus familias, joder...
-Los cuerpos quedaron completamente calcinados. Ya pensé que tendría que ir a reconocer una pila de cenizas- sollozó.
-Tranquila, estoy acá... relájate...
-Bianca está abajo.
Corrió escaleras abajo.
Suspiré y me senté en la cama.
Volvió con Bianca.
-Papi- balbuceó.
-Hola mi princesa.
Narra Vaska:
No puede ser real...
Ayer lloraba porque pensaba que Leo había muerto y hoy lo tengo aquí, frente a mi.
Cerré la puerta y dejé a Bianca en el suelo.