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Narra Vaska: 

-¿Y cómo te sientes con eso?

-Culpable... 

-¿Qué quieres hacer? 

-No lo sé... no sé qué hacer.

-¿Has intentado hablar esto con alguien?

Negué.

-Nadie me escucha... 

Ella sonrió. 

-Todos te escuchan, cariño. Sólo que también están tomando una postura distinta contigo, tú tomaste la postura de "Que nadie se me acerque", y ellos ahora están con la postura de "Cómo me acerco". Si tú sales de tu postura ellos sabrán escucharte. 

-Me da miedo- sollocé. 

-Nadie te hará daño- sonrió- pero también debes demostrar tus límites. Es normal que ahora te sientas amenazada. Quizá podrías dejar que se acerquen a ti hasta cierto límite... ¿Cuánto crees? ¿Hasta qué punto te sientes cómoda conmigo? 

La quedé mirando.

-No me haces sentir incómoda. 

-¿Quién te hace sentir incómoda? 

Fruncí mi ceño, apreté los labios. 

-¿Vas...?

-Mi hermano, Leonardo, mi papá, Jackson, Jason.

-Hombres- concluyó- tengo una observación, todo lo que tiene que ver con tu marido lo dices por su nombre y en tono frío, ¿Por qué eso? 

-No lo hice- dije confundida. 

Ella sonrió. 

-Si, lo hiciste. Puede que sea algo inconsciente... debemos trabajar en eso- anotó algo en su cuaderno- ahora, volviendo al tema, ¿A qué distancia te sentirías cómoda con ellos? 

-Lejos. 

-¿Qué tan lejos? 

-¿2 metros? 

-1 metro y medio- murmuré. 

-Bueno, eso es bueno para partir- asintió- tengo pacientes que han partido con 5 metros. 

-Oh... 

-Entonces, quiero que esta semana hables con hombres...- sonrió- es decir, me refiero a tu hermano, tu padre, los hombres cercanos a ti. 

Asentí. 

[...] 

-¿Por qué no trajeron a Sarah?

-Oh- Madeline sonrió incómoda- pensamos que no querrías verla... como... ay, lo siento cariño. 

Bianca jugó con mi cabello. 

Isabella habla con mi padre en la cocina. Mathew está sentado en el sillón al frente de mi. Perry a mi lado, al igual que Madeline. Jason y Jackson en los sillones de a los lados. 

Mathew cree que la regla del metro y medio es una estupidez, pero la respeta. Todos los demás creen que es una excelente idea. 

-Esto no significa que las niñas vendrán de vuelta- murmuró Mathew- las niñas no volverán hasta que Leo llegue.

-Si Leo llega y sus hijas no están acá se va a enfurecer.

-Me da igual, yo cumplí con mi deber de mantenerlas a salvo. 

-Yo no les haré daño... 

-Quizá a Bianca no, pero no puedo decir lo mismo de Sarah... 

Inhalé y exhalé. Este ejercicio me lo recomendó la psicóloga. 

¡No con mi hermana!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora