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Narra Leo:

-No me acosté con él...

Se veía diminuta a mi lado, asustada, exaltada...

-Sólo me besó dos veces... y te juro que nada más.

-Si ya te había besado antes por qué no te alejaste de él- gruñí.

-¡Discutimos! Le dije que no volviera a hacer eso, o que me alejaría de él por siempre...

-Y ves que lo volvió a hacer...

-Y nunca más hablaré con él... te lo juro, bloquearé su número, lo bloquearé de mis redes sociales...

-No me jures nada más- negué- ya no te creo...

-Leo.

-No importa cuántas cosas me jures, no importa cuánto llores, cuánto patalees o cuánto me ruegues. No sabes las cosas que le dije a mi mamá por defenderte... ¡Era un ciego! ¡Creía en ti! ¡Estaba al otro lado del país muriéndome de frío! ¡Y nada de eso me importó, en ningún momento pensé que quizá mi linda novia estaba con otro!

-¡CUÁNTAS JODIDAS VECES TE TENGO QUE REPETIR QUE NO ESTAMOS JUNTOS!- su cara se puso roja, y sus ojos expulsaba lágrimas como para hacer un mar- ¡Estoy contigo, no con él! ¡A él no lo amo!

-Y al parecer a mi tampoco...

-¡Ah! ¡Leo!- gruñó, pasó sus manos por su cabello.

-Chicos...- escuché que Isabella tocaba la puerta.

-Leo, por favor...- suplicó Vaska, se acercó para besarme... pero apenas dejé que rozara mis labios, me volteé, abrí la puerta y salí rápido.

Abajo Mathew hablaba por teléfono y lavaba sus manos en la cocina.

Salí rápido de la casa, escuchando los gritos desgarradores de Vaska llamándome.

Narra Vaska:

-¡Leonardo!- grité. La garganta me ardía y las lágrimas caían para perderse en el piso. Golpeé el piso con mis puños.

-Vas, ya fue suficiente- murmuró Mathew acariciando mi espalda- párate y ve a lavarte la cara...

Pero yo seguía ahí, tirada en el piso.

Las manos me temblaban.

-No me lo va a perdonar...- susurré.

-Te lo advirtieron, Vaska... pero no hiciste caso.

-Pero yo no quería...- sollocé- yo no quería, no hice nada malo...

-Tendrás que hacer mucho mérito para que te perdone... Porque conozco a Leo, y no regala oportunidades.

[...]

-¿Y esa cara de funeral, hija?- bromeó mi papá- voy al supermercado y cuando vuelvo tienes cara de que alguien se murió...

-David- gruñó Isabella.

-Oh... ¿Pasó algo? ¿Es porque Leo se va mañana en la mañana...? Hija, lo sabías... sabes que cuando viene sólo le dan entre 48 y 60 horas... luego tiene que volver.

Bianca duerme con Mathew en su habitación, él prefirió cuidarla hasta que yo pare de llorar y me calme.

-David- volvió a gruñir Isabella.

-Jodí todo papá- sollocé.

Se sentó a mi lado, calenté mis manos con la taza de café.

-¿Por qué, princesa?

¡No con mi hermana!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora