Narra David:
Madeline.
¿Para qué me está llamando la mamá de Leonardo?
Isabella vio el número y frunció su ceño.
-¿Será por la pelea de los chicos?- dijo.
-No lo sé.
Agarré el teléfono y contesté.
-¿Aló?
-Hola David, ¿Cómo estás?
Sonaba tan animada como siempre.
-Bien, Madeline. ¿Y tú? ¿Cómo está Jack?
-Bien, aún no llega del trabajo... oye, David. Te llamaba por algo muy puntual.
-Dime- me apoyé en la isla de la cocina.
-¿Sabes si Leo y Vaska...? ¿Terminaron? Es decir... sé que no tenían una relación oficial...
-Yo sé que discutieron muy fuerte, y que Mathew tuvo que separarlos porque se estaban gritando y Vaska estaba muy alterada. Pero no sé si terminaron... quizá sólo están muy enojados.
-Leonardo destruyó su habitación. Ayer llegó muy mal... se encerró en su habitación por horas, cuando salió vi su habitación y... pareciera que un huracán pasó por ahí.
-Vaska no se levanta de su cama y no para de llorar. Apenas se levantó hoy para ir al colegio.
-Ay no... ¿Habrán discutido muy fuerte?
-Si están así... yo creo. Vaska es muy hiriente a veces...
-Leo es sincero... y ese no es el problema... el problema es que no sabe decir las cosas.
Nos quedamos un rato en silencio, Isabella tenía cara preocupada.
-Ya sé... déjame ir a hablar con Vaska... le llevaré unos pastelitos, Leo siempre me dice que tiene ganas de comer cosas dulces- sonreí levemente- intentaré hablar con ella para que hablen... no pueden quedarse así ambos.
-Bueno, aquí te esperaré...
-¿Qué pasó?- dijo Isabella cuando colgué.
-Lo mismo que nos dijo Mathew. Pero Leo está mal... destruyó su habitación.
-Vaska también está mal- defendió Isabella.
-Amor, deja de defender a Vaska... por lo que me contó Matt, Leo tiene la razón. Vaska es muy celosa, imagínate cómo está con el embarazo. Leo la entiende e intenta apoyarla... pero son enfermizos los celos de Vaska. Uno entiende que el embarazo sus emociones sean más fuertes, pero eso es.... no es normal, ¿entiendes? No puedes defender lo indefendible. Quizá Leo cometió el error al gritarle, quizá Vaska comenzó a gritarle primero, pero él debía seguir con su postura serena, no igualar a Vaska. Pero Leo no dijo nada que fuera mentira.
-Vaska tampoco... Vaska tiene toda la razón al decir que ella es quién estará al 100% cargo del bebé. Leo lo verá quizá una hora por día... y apenas, quizá sólo venga los fines de semana a verlo.
-Pero Leo tendrá que trabajar y estudiar a la vez para mantener al bebé. Nadie le está exigiendo a Vaska que trabaje, pero a él si.
-¡Apoya a tu hija, David!
La fulminé con la mirada.
-¿Sabes cuál es el problema? Es que las mujeres acostumbran a pensar que tienen la razón por el puro hecho de que los hombres no pensamos igual que las mujeres. La cosa es así. Vaska es muy celosa, pero tiene la carga de que tendrá que hacerse cargo de un bebé las 24 horas del día. Leo intenta luchar contra los celos de Vaska, no estará todo el día a cargo del bebé pero debe trabajar. Ahora mírame a los ojos y dime... ¿Quién tiene más carga?
-Si lo planteas así ambos tienen la misma carga... Vaska no podrá seguir estudiando por un tiempo, pero luego si. Leo tendrá que estudiar y trabajar, apenas tendrá tiempo para él.
-Y eso que los padres de él y yo estamos apoyándolos en todo lo que podemos... económicamente, emocionalmente y todo lo que se te ocurra. Pero Leo... Leo ama a mi hija, los veo juntos y no tengo ninguna duda... Leo ama más a Vaska de lo que ella lo ama.
Isabella se sorprendió.
-Vaska es posesiva. Es entendible con todo lo que ha pasado... no quiere perder a nadie más. Pero Leo jamás había tenido que soportar eso de alguien. Pero la ama, y la ha aguantado mucho. Yo entiendo que él se haya aburrido de eso y haya explotado.
-A ver... amor...- bufó- no entiendo.
-El punto es que Leo explotó por los celos de Vaska. Vaska se ofendió y luego Leo se ofendió cuando Vaska le dijo que él no se preocuparía del bebé.
Ella alzó las cejas.
-No sé de qué lado ponerme.
-No hay que elegir un bando- me encogí de hombros- aunque ya sabemos quién está más equivocado. Sólo hay que apoyarlos, si necesitan ayuda los ayudamos... y ojalá resuelvan sus problemas.
Tocaron la puerta. Caminé a abrir.
-¡Hola!- me saludó efusivamente- hola corazón, ¿Cómo estás?
Matt se sorprendió de ver a Madeline acá.
-¿Vaska está arriba?
-Si, ve a verla.
Subió con una bandeja de pastelillos.
-Ojalá pueda conversar con ella y que no se altere...
-Confío en que está más tranquila...
Narra Vaska:
Tocaron la puerta.
-Adelante.
-Permiso... hola cariño- la mamá de Leo se asomó y me sonrió.
-Hola.
-Te traje unos pastelillos...
-Gracias.
Los dejó sobre mi escritorio.
-¿Puedo sentarme?
Asentí.
Se sentó en la silla del escritorio y me miró.
-Se te nota la panza...
-Si- miré mi panza- si viene a hablarme sobre lo que pasó con Leo...
-¿Qué? ¿Pierdo mi tiempo?
Asentí.
-Jamás pierdo mi tiempo si se trata de mis hijos...
Alcé una ceja.
-A ver...
-Cariño, Leo te ama.
-Si, eso es lo que todos creen.
-Es lo que yo sé, es lo que yo noto...
-¿Ah si?
-Si...
-¿Por qué discutieron?
Mis ojos se aguaron.
-Cuéntame.
Me largué a llorar.