Narra Vaska:
La doctora pasó la maquinita por toda mi panza, Katrina se mordía las uñas nerviosa.
Me ha acompañado a todas las ecografías, creo que es la más emocionada.
-Todo parecería indicar que será una niña...- dijo la doctora, volvió a mover la máquina- sip, es una niña. Una pequeña bebita.
Mis ojos se aguaron.
-¡Ah! ¡Es una niña!- celebró Katrina.
[...]
Como siempre después de una ecografía fuimos a tomar un helado.
-Esa niña será el terror de Leo- murmuró Katrina- pagará con ella todo lo que le ha hecho a tantas chicas.
Suspiré y acaricié mi panza.
Narra Katrina:
De repente comenzó a llorar.
-Ay no... ¿Qué pasó?- tomé su mano- Vaska...
-Es que... no lo sé, estoy tan confundida... Creí que no me importaba lo que él hiciera. Pero verlo como era antes... me rompe el corazón. Porque pensé que de verdad me quería.
Apreté los labios.
-Vaska, debes ser fuerte...
-¡Cómo fui tan tonta!
-¡Vaska! ¡Él si te quiere! ¡Te ama!
-¿Entonces por qué me hace esto?
Bufé.
-Los hombres son así, cariños... cuando dañan su orgullo hacen de todo por sacarte celos, porque los veas bien cuando en realidad no es así.
-¡Pero él si está bien!
-¡Ay, Vaska! ¡Tú eres más idiota que él porque le crees todo! ¿No te diste cuenta el primer día de clases? Él sabe que lo viste con la chica esa y estuvo esperando todo este tiempo para saber si te había afectado o no. Porque está buscando picarte donde más te duele. Tú estás demostrando que todo lo que hace te afecta, pero tienes que ser más perra y demostrarle que si él es así, tu eres peor.
Secó sus lágrimas.
-Cariño, sé que ahora estás muy sensible. Pero no te dejes sobrepasar por un hombre despechado.
-¿Y qué debo hacer?
Sonreí.
-Hans es muy amigo tuyo... además, siempre te habla para preguntarte cómo estás...
-No lo voy a usar para sacarle celos a Leo...
-No lo vas a usar, simplemente te acercarás más a él... en todo este tiempo te has alejado de Hans para no tener problemas con Leo... pero ahora no te tiene que importar... ¡ATACA! Le dolerá en su orgullo masculino...
Narra Vaska:
-¿Esa es su carita?- preguntó enternecido Hans, asentí- Que ternura.
Me miré en el espejo.
-Me duele la espalda- me quejé- y creo que mis senos crecieron mucho.
Él me quedó mirando.
-La verdad es que si... Oye, mañana tengo un partido de fútbol, ¿Me irás a ver?
-¿Contra quién juegas?
-Contra tu hermano- sonrió malévolo- creo que le ganaré por segundo año consecutivo.