"¿Cita?"
{Para: AndreaRT13}Pietro estaba a dos metros de distancia de mi, sus manos dentro de sus bolsillos, una sonrisa ladeada estampada en el rostro. Me removí en la esquina del elevador y fijé mi vista en la pequeña pantalla en la parte superior de la puerta que marcaba los pisos que faltaban para llegar a la sala de entrenamientos.
Faltaban 35 pisos y no era como si estuviera muy emocionada de pasar todo ese tiempo metida ahí con él, no después del desastre que había sido nuestra primera y última cita dos semanas atrás.32 pisos.
Digamos que al comienzo le tenía bastante fe, pero esta fe duró exactamente dos segundos, cuando empecé a darme cuenta que en realidad él y yo éramos mundos completamente opuesto.
29.
—Uh, y ¿cómo has estado? —preguntó Pietro volteándose a verme. Tragué en secó y forcé una sonrisa.
—Bien —respondí consciente de la sangre que comenzaba a acumularse en mis mejillas—. ¿Y tú?
—Bien —dijo él asintiendo.
El silencio volvió a caer sobre nosotros aplastándonos como hormigas, hasta que un estruendoso y ensordecedor ruido que removió todo el elevador, lo interrumpió.
Las luces en el techo parpadearon, para después volver a encenderse mucho más tenues que antes, el elevador balanceándose de un lado hacia el otro como un columpio, el sudor recorriendo mi espalda.
¿Por qué estas cosas siempre tenían que pasarme a mi?
—¿Qué demonios? —masculló Pietro apretando todos los botones, ninguno respondía y lo único que se escuchaba cuando se apretaba el botón rojo que supuestamente debería comunicarnos con alguien, era estática.
Saqué mi teléfono celular del bolsillo de mi suéter mientras soltaba grosería tras grosería.
—No tengo señal —dije levantando el teléfono en el aire para ver si por alguna clase de milagro podía conseguir al menos una barrita.
Pietro sacó su teléfono de su bolsillo e hizo lo mismos.
—Yo tampoco —gruñó él apoyando su espalda en una de las paredes del elevador y tratando de sonreír.
—Vamos a llegar tarde y Steve estará furioso —dije tomando asiento en el suelo, Pietro hizo lo mismo, manteniendo su distancia.
—Tenemos una excusa.
La verdad era que no entendía como, con toda la tecnología de último modelo que Stark poseía, estas cosas pudieran seguir pasando.
—¿Friday? —grité levantando la cabeza, con la esperanza de que alguien me contestaría.
—¿Cuánto tiempo crees que esteremos aquí? —preguntó Pietro cruzándose de brazos. Me encogí de hombros y solté un suspiro.
—Espero que no mucho...
Pietro bajó la mirada a sus manos mientras asentía. Al parecer esa situación era igual de incómoda para él que para mí.
—Nunca —dijo él deteniéndose por un segundo para levantar la cabeza y mirarme—, tuvimos las oportunidad de hablar sobre... Ya sabes...
—¿La cita?
—Cita...—rió Pietro pasándose una de sus manos por su cabello—. Yo la consideraría más bien como un verdadero error.
Auch.
—Ósea, considerando que coqueteaste con la camarera toda la noche... —dije forzando una risa como para que pareciera que estaba bromeando.
La sonrisa en el rostro de Pietro se borró mientras este pasaba la lengua por sus labios, como si estuviera pensando en que contestarme, la verdad hubiera sido mejor que se quedara callado.
—No estaba coqueteando —se defendió él mientras negaba con la cabeza—, estaba siendo amable solamente...
—Já —reí teniendo que tomar aire para no caer en un ataque de risa probablemente imparable—, lo único que te faltó fue ofrecerle llevarla a un motel...
Ay, creo que me pasé.
—Bueno, seguramente nada de eso hubiera pasado si en verdad hubieras estado interesada en la cita —escupió Pietro poniéndose de pie y dándome la espalda.
—¡¿Disculpa?!
¿Había estado un poco distraída? Sí. ¿Tenía razones de sobra para estarlo? También.
—Sabes perfectamente por todo lo que hemos pasado estas ultimas semanas como para que...
Pietro se dio la vuelta con las manos en el aire y una sonrisa en el rostro.
—¿Sabes que? No quiero pelear contigo —dijo mientras negaba con la cabeza dejándome con las palabras en la punta de la lengua.
—Está bien...
El elevador dio una sacudida en menos de lo que canta un gallo llegamos a la sala de entrenamiento, donde Steve nos esperaba con el ceño fruncido. Pietro salió disparado del elevador y bajó por las escaleras alejándose de la sala de entrenamiento.
—¿Qué bicho le picó a ese? —preguntó Steve en mi dirección. Rodé los ojos y me encogí de hombros.
—¿Por qué me preguntas a mi? ¿Acaso tengo cara de ser adivina?
Steve soltó un siseó mientras se disculpaba.
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Marvel | One Shots | 2
FanfictionHISTORIAS CORTAS CON TUS PERSONAJES FAVORITOS DE MARVEL, PARTE DOS. SIGUEN SIENDO GRATIS. COMPLETADO