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Todos habían salido a cenar y ___ había inventado la débil excusa de que se sentía mal y que lo mejor era que se quedara en casa, en reposo y todo eso, aunque en cambio, se bajó una botella de vodka ella sola, mientras se movía al ritmo de canciones tristes y evitaba llorar.
Le había caído como un balde de agua fría la noticia de que Steve tenía una novia. La muchacha era bonita, alta, inteligente, todo lo que un hombre quería. Y ella estaba ahí, fingiendo estar enferma para poder ahogar sus penas en alcohol.
____ saltaba en la sala de estar, la música rebotando en las paredes lo suficientemente fuerte como para no dejarla escuchar sus pensamientos, las luces apagadas, lo único que iluminaba la sala de estar eran las luces azules que salían del gran parlante a un lado del pequeño bar junto al sofá.
La muchacha se llevó la botella a la boca y se limpió los labios con la manga de su suéter, y siguió moviéndose, con los ojos cerrados, la botella en la mano, el mundo dándole vueltas.
Su pie se dobló con la punta de la alfombra, y su trasero casi cayó de bruces al suelo, unas manos fuertes la sujetaron antes de que ella pudiera partirse el coxis en dos. ____ cerró los ojos con más fuerza, esperando un golpe que nunca llegó.
____ abrió los ojos despacio para encontrarse con los eléctricos ojos de Steve observándola preocupado.
—¿No estabas enferma? —preguntó el capitán ayudándola a ponerse de pie.
—De la cabeza. Loca de remate le dicen por ahí, también.
Steve apretó la mandíbula y trato de guiarla al sofá al ver lo mucho que le costaba mantenerse de pie.
—No me toques, estoy bien —espetó ella levantando ambas manos en el aire—. ¿Qué haces aquí de todas formas?
—A Karyn se le quedó su abrigo en mi habitación, me está esperando en el auto. Y el resto del equipo se fue a bailar a una discoteca o algo así —respondió Steve sin quitarle los ojos de encima en ningún momento.
_____ asintió y le dio otro sorbo a la botella.
—¿A ti que te pasa? —Preguntó Rogers cruzándose de brazos, su voz siendo amortiguada casi por completo por la música
—¿Que qué me pasa? Que soy una tonta. Y una ilusa. Y le tengo miedo a todo y...—gritó ____ desde donde estaba, sus brazos enrollándose alrededor de la fría botella de vidrio.
La chica cerró la boca al ver que se pondría a llorar en cualquier minuto, y bajó la mirada al suelo.
—Y no es de tu incumbencia —terminó de decir ella dejando la botella sobre la mesa de centro, para después avanzar a hacia el parlante y apagar la música.
—Pero si me importa —respondió Steve tratando de acercarse a ella—. Eres mi amiga.
____ asintió dándole la espalda, se guardó el teléfono celular en el bolsillo trasero de su patalón.
—Estoy enamorada de ti —escupió ella esbozando una sonrisa mientras las lagrimas se deslizaban por sus mejillas—. Y estoy borracha, y lo más probable es que mañana no recuerde nada de lo que te estoy diciendo ahora, así que por favor —____ tomó aire pasando por el lado de Steve en dirección a las escaleras—, por favor no me lo recuerdes. Prefiero morir en la ignorancia. Que lo pases bonito con Karyn.
Steve dejó que se fuera y espero hasta que ____ se encerró en su habitación para subir a buscar el abrigo.
El único problema fue, que a diferencia de lo que ella pensaba, a la mañana siguiente recordó todo con lujo de detalles.
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