Steve Rogers

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"I'll help you"

{Para: bubbletea_04  }

[MARATÓN 1/5]

Steve estaba un poco sudado

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Steve estaba un poco sudado.

Había salido a correr a las 7.35 am, ya eran más de las diez, así que tenía razones de sobra para estarlo.

Detuvo el paso una vez que pudo ver la Torre de los vengadores a unos cuantos metros. Extendió los brazos en el aire y tomó una gran bocanada de este llenando sus pulmones.

Era un día normal de inicios de primavera. Las primeras flores estaban comenzando salir en las copas de los árboles, los cuales ya estaban vestidos de verde, y el aroma que estas soltaban era bastante más agradable para Steve que el hedor a frío y lluvia.

Rogers se arregló el cabello rápidamente, y le echó un vistazo al reloj en su muñeca.

11.89 kilómetros.

No estaba tan mal.

Esbozó una pequeña sonrisa y sus ojos volaron al pequeño Café al otro lado de la calle. La gente entraba y salía con vasos desechables en las manos y sonrisas en los rostros. Steve volvió a arreglarse el cabello.

Se volteó para verse en la vitrina de la tienda de juguetes de mascota que estaba a su lado, tenía las mejillas un poco rojas por el ejercicio y el cabello desordenado, sin importar lo que hiciera para mantenerlo en su lugar.

Steve suspiró y dejo caer los hombros.

—Mejor vuelvo mañana —masculló para sí mismo volviéndose a ver el Café.

Sus ojos se ajustaron a la silueta de una muchacha que avanzaba por la calle a una velocidad impresionante para ir con tantas cosas en los brazos.

Llevaba una gorda mochila en la espalda, un par de carpetas en los brazos, apretándolas con fuerza contra su pecho para que no cayeran al suelo, un bolso de tela colgado en su hombro derecho, una pequeña bolsa de papel en la mano contraria.

La chica ingresó a la cafetería empujando la puerta con su cuerpo.

Steve aclaró su garganta, trató de arreglar su cabello por última vez y cruzó la calle, no sin antes mirar a ambos lados y cerciorarse que no venía absolutamente nada.

—Es ahora o nunca...

Al entrar, Steve la buscó con la mirada, pero no estaba por ningún lado.

Los baristas estaban detrás de la barra haciendo café tras café a una velocidad que debería ser imposible, y la larga fila avanzaba lo suficientemente rápido como para que los compradores no se acumularan en esta.

Había gente esperando sus cafés de pie, habían otros distribuidos en las distintas mesas de madera, con sus laptops y ipads, otros hablando por teléfono lo tan fuerte como les era posible para que el resto pudiera escuchar sus problemas personales.

Marvel | One Shots | 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora