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Steve estaba recostado en la cama, el control de la televisión en la mano, los ojos pegados en la pantalla que emanaba luz, probablemente viendo una película.
Kate abrió la puerta del baño con delicadeza lo suficiente como para ver a Steve pero para que este no la viera a ella. Con una risita, Kate se miró al espejo una vez más y salió haciendo una pose.
—¿Qué es eso? —rió Steve al verla, su cabeza tirándose hacia atrás, sus piernas encogiéndose.
—Mi disfraz para Halloween —respondió ella dando una vuelta en su lugar y ensanchando la sonrisa.
Llevaba un vestido corto y ajustado que había hecho ella misma después de ver Mamma Mia y enamorarse por completo. Se había tardado más de tres semanas en terminarlo, pero había valido la pena.
El vestido era de color rosa y brillante, con pequeños adornos púrpuras y dorados. La falda le llegaba a la mitad del muslo y la mayor parte de su pierna está cubierta por una botas largas con un taco que debía de tener al menos quince centímetros. Se podría casi llegar a decir que le había quedado igual al de la película.
—Estás obsesionada —dijo Steve levantando de la cama y tomándola de la mano para darle una vuelta. Tenía que admitir que se veía bonita.
—Falta la mejor parte —rió ella soltándolo y corriendo a duras penas hasta el baño.
—Espera —dijo Steve siguiéndola de cerca mientras de una bolsa de tela, Kate sacaba otro traje con los mismos colores—, ni lo pienses.
—¡Pero los disfraces en pareja son los mejores! —dijo ella mientras levantaba el traje de una pieza, con patas de elefante y una malla en el torso, en frente de ella para que Steve pudiera apreciarlo—. ¡Pruébatelo!
—Estás loca —Steve volvió a reír mientras tomaba la tela plástica en sus manos y lo veía con atención. Tony se burlaría de él de por vida si llegaba con algo como eso a la fiesta de Halloween.
—¡Vamos, Steve!
Steve negó con la cabeza y dejó el traje sobre la cama. Ni por un millón de dólares se pondría esa cosa.
—Pruébatelo.
—No.
—Una vez. Diez segundos y después te lo quitas. Solo para ver cómo te queda.
Steve suspiró resignado y tomó asiento en el borde de la cama y jugó con el material del traje.
—Por favor...
Steve tomó el traje en sus manos y caminó al baño mientras negaba con la cabeza y maldecía por lo bajo. Las cosas que podía llegar a hacer por ella, a veces lo asustaban.
Diez minutos después y muchas gotas de sudor, Steve salió del baño. El traje le dejaba la mayor parte del torso al descubierto, y la malla lo apretaba en zonas donde no era muy cómodo. Kate soltó una carcajada al verlo y le puso play a la música.
Steve la tomó de la mano y la atrajo hacia él demasiado rápido como para que Kate pudiera evitarlo.
—Quizás no es tan malo —rió Steve mientras daba vueltas con ella en sus brazos y depositaba besos en su cien. La risa de ella llenando su pecho de alegría.
—¡Esto va a Facebook! —rió Sam desde la puerta con una cámara en las manos y una risa incontrolable.
—¡SAM! —chilló Steve corriendo hacia el casi cayéndose al suelo por los zapatos con tacón en sus pies.
Kate rió con fuerza y apagó la música.
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CUANDO DIJE QUE ESTABA OBSESIONADA CON MAMMA MIA LO DIJE ENSERIO
Por si a alguien le quedó la duda, estos son los trajes a los que me refiero:
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HAJSHSHHSHSHS
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