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—¿Crees poder hacerlo? —preguntó Steve en dirección a Steph, la cual apretaba sus dedos unos contra otros, su pecho apretado.
—¿Tengo otra opción? —preguntó ella encogiéndose de hombros.
—La verdad es que no —respondió Scott Lang, más conocido como el hombre hormiga, antes de soltar una carcajada. Steve y Steph fruncieron el ceño y se voltearon a verlo—. ¿No me estabas preguntando a mi? Claro que no, lo tengo...
—Todo listo —dijo Luis dando vueltas en la silla giratoria. Scott se puso el casco y avanzó hasta la caja de metal que había construido Tony Stark con la ayuda de Bruce Banner.
Steve le tendió una mano a Steph para ayudarla a ponerse de pie.
La simple idea de volver a ver a Loki después de tanto tiempo le ponía los pelos de punta. ¿Qué iba a decirle? ¿Cómo iba a actuar en frente de él? ¿Qué haría si trataba de besarla? ¿Debería aceptar el beso?
Después de una exhaustiva búsqueda de respuestas, y una desesperante espera, Tony había llegado a la solución de su problema. O algo así.
Luego de la batalla en Wakanda, y el insoportable viaje de vuelta a la Tierra, Tony se había propuesto derrotar a Thanos y traerlos a todos de vuelta, idea que había sonado realmente tonta hasta que su camino se cruzó con el de Scott Lang.
Con la tecnología que este poseía y un poquito de ayuda, él y Bruce fueron capaces de diseñar un aparato que les ayudaría viajar en el tiempo lo suficiente como para encontrar a Loki durante el ataque a nueva york.
El problema era el siguiente: Necesitaban que Loki confiara en ellos lo suficiente como para entregarles el Tesseract y el cetro. La única persona que sería capaz de convencerlo era Steph, su ex novia.
Tony, Steve, Scott y Steph estaban de pie, mucho más cerca uno del otro de lo que les gustaría, dentro de la caja de vibranium, los cascos puestos en sus posiciones, los relojes en las muñecas.
Steph cerró los ojos, mientras sentía como todo su mundo caía en una terrible negrura.
Un leve aroma a polvo inundó las fosas nasales de Steph obligandola a abrir los ojos. Se quitó el casco lo más rápido que pudo, y llenó sus pulmones de aire. Estaba dentro de un pequeño armario, habían palos de escobas por todas partes, y baldes con botellas de productos de limpieza en el interior. Stepeh tomó una de las botellas, y la acercó a la luz que se colaba por la ranura de la puerta con el fin de ver mejor, las palabras estaban en alemán, había funcionado.
Después de devolver la botella a su lugar, Steph dejó el casco sobre uno de los estantes, y se quitó el apretado traje negro, revelando un vestido rojo que dejaba al descubierto, el solo pensar de que Loki la vería usarlo, le encendía las mejillas.
