Bucky Barnes

11.7K 975 195
                                    

"Prisionera"
{Dedicado a: DaddyBuckyB }

Sam se lanzó destrozado al sofá, mientras soltaba un gruñido

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Sam se lanzó destrozado al sofá, mientras soltaba un gruñido. Bucky frunció el ceño y desvió su mirada de la televisión a su compañero derrotado sobre el sofá.

—Te toca —dijo Sam apoyando la mejilla sobre el sofá, sus ojos cerrados.

—En realidad —dijo Bucky mirando la hora en el reloj de su muñeca—, todavía te quedan otros treinta minutos...

Con un bufido, Sam negó con la cabeza y escondió su rostro debajo de uno de los almohadones que decoraban el sofá.

—Si quieres te doy dinero, te regalo una de mis computadores, lo que quieras —dijo Sam sin verlo—, pero por favor no me hagas pasar otros treinta minutos con ella, por favor.

Bucky negó con la cabeza mientras reía, se colgó su pistola al hombro y abandonó la sala, sus botas de combate resonando en el suelo. Bajó las escaleras hasta llegar a las celdas, donde una bonita muchacha de cabello largo lo esperaba, en la primer celda a la derecha, sentada en el suelo, los ojos cerrados como si estuviera meditando.

—Te demoraste bastante en volver —rió ella abriendo los ojos, la sonrisa en su rostro borrándose—. Ah, pensé que eras el otro.

Bucky no le contestó nada. Se limitó a tomar asiento en la silla que quedaba mirando hacia el interior de la celda, dejando la pistola sobre sus piernas, dándole a entender a la muchacha que bastaba un movimiento en falso de su parte, y el apretaría el gatillo. Así de fácil.

—¿Te comió la lengua el gato? —preguntó ella, la sonrisa volviendo a formarse en sus labios.

Bucky se mordió las mejillas y se cruzó de brazos mientras la observaba, recordando la agilidad que había tenido para poder pelear contra Steve, Sam y él al mismo tiempo, incluso ganando por un par de segundos.

—El otro tipo era más simpático, una lástima —suspiro ella apoyando sus manos en la sucia superficie del suelo, y echando el cuello hacia atrás—. Tú tienes cara de estar constipado o algo...

El silencio de Bucky era la prueba solida de que no había bajado hasta allí para entablar una conversación con la prisionera, y mucho menos para decir bromas.

—Wow, si que eres callado, me estás asustando —dijo ella enderezando la espalda para mirarlo, tenía sus fríos ojos azules puestos en ella—. ¿Estás seguro que no te cortaron la lengua? Quiero decir, no serías el primero...

Ella asintió y sonrió ante el silencio. Era un hueso difícil de roer, lo que lo hacía un poco más divertido.

—Un elefante se balanceaba sobre la tela de una araña —la muchacha cerró los ojos y se puso a cantar. El canto no era fuerte, pero si lo suficientemente desafinado como para que después de un par de palabras, la cabeza de Bucky comenzara a doler—, como veía que resistía, fue a llamar a otro elefante.

Ella abrió un ojo para observarlo, seguía en la misma posición.

—Dos elefantes se balanceaban sobre la tela de una araña, como veían que resistía fueron a llamar a otro elefante.

Media hora después, Bucky se concentraba en inspirar y botar el aire, con el fin de aguantarse las ganas de hacerla callar a la mala.

—55 elefantes se balanceaban sobre la tela de una araña, como veían que resistía fueron a llamar a otro elefante.

La muchacha arqueó una ceja al verlo cerrar los ojos y apretar la mandíbula, se aguantó la carcajada que estaba formándose en el interior de su pecho y continuó.

—56 elefantes se balanceaban sobre la tela de una araña, como veían que resistía fueron a llamar a otro elefante.

—¡PUEDES QUEDARTE EN SILENCIO, AUNQUE SEA UN SEGUNDO!

La muchacha soltó un suspiro y sonrió.

—Un alivio saber que aún conservas tu lengua.

Bucky tomó aire y cerró los ojos con fuerza. Cuando Sam había dicho que no quería tener que pasar 30 minutos con ella, Bucky había pensado que estaba exagerando, pero ahora, se daba cuenta de que tenía razones de sobra para hacerlo.

—No sé quien eres —dijo Bucky haciendo que ella se interesara de verdad en lo que tenía que decir—, y tampoco me importa, así que una palabra más, y puedes empezar a despedirte...

La muchacha asintió mientras escondía una sonrisa. Bucky apoyó su espalda en el respaldo de la silla.

—mmmh mmh mmh mmh mmh mmmh mmh mh mmh mh mh mh mmmh —dijo ella tarareando la melodía de los elefantes que se balancean en la tela de la araña.

—¿Isabella? —la voz de Natasha impidió que Bucky cargara el arma para apuntarla y obligó a la muchacha a cerrar la boca.

—Nat, al fin —dijo ella poniéndose de pie y limpiándose los pantalones con la ayuda de sus manos—, tus matones no me dejaban tranquila, no sabes cuantas veces le expliqué al otro tipo que somos amigas.

—¿Se conocen? —preguntó Bucky poniéndose de pie, dejando la pistola sobre la silla, mientras Natasha ingresaba la clave de seguridad en la celda para abrir la puerta.

—Somos casi como hermanas —respondió Nat entrando a la celda para abrasar a su mejor amiga.

Bucky carraspeó y se pasó la mano por el cuello.

Isabella salió de la celda y se puso de pie en frente de Bucky, ambas manos en la cintura.

—Creo que me debes una disculpa...

Bucky recogió el arma de la silla y se la colgó al hombro.

—Lo siento —masculló Bucky con las orejas encendidas dirigiéndose a las escaleras.

La muchacha soltó una carcajada, y desde uno de los peldaños de la escalera con forma de caracol, Bucky pudo escuchar como ella reía con Nat.

—¡Debiste haberme dicho que tenías compañeros tan guapos! ¡Hubiera venido a verte mucho antes! —dijo Isabella haciendo las mejillas de Bucky ardieran.



------------------------

------------------------

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Marvel | One Shots | 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora