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Sophie esperó y esperó la llegada de su hermano, y con cada minuto que pasaba, la espera se hacía más insoportable.
¿Qué tal si le ocurrió algo verdaderamente malo? No, Steve no sería capaz de hacer algo como eso, pero Bucky...
Sophie tenía sus dudas.
Después de que Steve se diera cuenta que Bucky era en realidad el Soldado del Invierno, el tema llamó la atención de Sophie más que cualquier otra cosa en su vida, y usó todos los recursos que tenía para poder tratar de entenderlo un poco más. Tratar de entender los mecanismos que había usado Hydra para freír su cerebro, las formas de entrenamiento, las misiones.
Por supuesto, no le había dicho nada de aquello a Steve. No quería torturarlo más. Ya el simple hecho de saber que el sargento Barnes estaba vivo y había pasado por todas esas atrocidades era suficiente para el capitán y Sophie no quería agregar más cosas a esa lista.
Incluso, cuando se enteró de que Bucky había sido el responsable de la muerte de sus padres, no había dicho nada.
Uno, porque sabía como se pondría su hermano Tony una vez que se enterara, y dos, porque no creía que era justo culparlo.
Y se sintió bastante aliviada de no haberlo hecho una vez que lo conoció.
Sophie tenía que admitir que le costó un poco más de lo normal encontrarlo. Era bueno escondiéndose, se podría decir que era casi un experto, pero después de años rastreando hasta a los mejores, nada era imposible para Sophie. Tuvo que usar un poco más de ingenio, pero no había forma de que ella no descubriera el escondite de Barnes.
Se fue sin decirle nada a Tony aparte de que tenía que encargarse de unas cosas afuera del país y su hermano había estado demasiado ocupado como para cuestionarla.
Ella esperó el momento adecuado para interceptar al soldado. Lo siguió por un par de semanas para aprenderse su rutina. Cada día era diferente, cada día hacía cosas distintas, caminaba por calles por las que no había transitado los días anteriores, con la intención de despistar a cualquiera que lo siguera, pensó Sophie, pero aún así había un pequeño patrón. Un patrón que Sophie tardó catorce días en averiguar.
Una vez que lo hizo, esperó a que saliera del pequeño y mugroso apartamento en el que estaba viviendo, y ella ingresó a este y lo esperó ahí por cerca de veinte minutos.
-Sé lo que hiciste -le dijo ella una vez que el llegó. Bucky no se veía para nada sorprendido con su presencia ahí. Ella tampoco había tratado de esconderse.
Él no dijo nada.
-Tienes suerte de que no sea mi hermano. Él no habría estado tan calmado...
