¿Les gustan ciertos personajes de marvel, pero los aman tanto que vienen a leer historias geniales con estos hermosos y sexys personajes?
Pues dejame decirles que no hago milagros para aparecerlos
Pero....si hacer historias bonitas de ellas.♡ esper...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
-¡Fátima dos intrusos estan a tu derecha!-dijo Hipolita. Voltee y con mi espada les dí muerte.
-Esto es extraño-dije. -Estos hombres, son soldados, pero no como los que batallamos hace decadas, su tencnología es algo más avanzada.
-El hombre puede evolucionar Fátima, aunque Ares este muerto, el daño que causo no tiene cambio-dijo la lider. -Pero algo esta mal-dijo.
-¿Qué sucede?-pregunté.
-Estos hombres....desatan una energía muy extraña, como si el lugar de donde vinierón fuera otro universo-dijo.
-¿Deberiamos hablar a Diana?-pregunté.
-No, ella esta ocupada con sus deberes en el mundo mortal, nosotras iremos.
* Junto con un grupo de amazonas, me dirigí al lugar de donde venían. Era una clase de cubo que desataba una energía.
-Esa es la fuente de poder, ¡Ataquen!-grité con mi espada en mano, tomé impulso y salté. Cuando la punta de la espada tocó el cubo, este brilló tan fuerte que tuvé que cerrar los ojos.
-¡FATIMA!-fue lo ultiml que escuché antes de ver la oscuridad.
* Me levanté y ví a mi alrededor una sala enorme con artefactos que parecían de los humanos.
-¡Alto!-gritó un hombre a lado mio.
Voltee y había un hombre con un traje de tono azul, con un escudo.
Levanté mi espada apuntandolo. -Hombre mortal, dime donde me encuantro-dije amenazante.
-Lo unico que dire es que no escucho agentes de hydra-dijo y lanzó su escudo. Este me golpeó pero no era nada con los entrenamientos.
Corrí con la intención de matarlo, pero su escudo era muy resistente, no podía ser cortada con el metal que fue fundida mi espada.
-Ese escudo....¿cómo es que un material del hombre sea tan fuerte que el metal de mi espada?-pregunté.
-¿quién eres? Al parecer no eres de Hydra, si no ya me habrías matado o te hubieras suicidado.
-Hombre mortal, si quieres que responda tu pregunta responde la mia primero-dije.
-Alemania, estas en Alemenia-dijo.
-¿Porqué hay una guerra? Hace unas decadas cesó una fuerte-dije.
-Muchas cosas, pero principalmente gente mala que quiere ser abusiva y yo no lo permitire-dijo. Me agradó su determinación, Diana tenía razón, no todos los hombres estan pudridos por Ares.
-Me agradas hombre mortal, ¿cúal es tu nombre?
-Primero dime el tuyo-dijo.
-Fátima, soy la general de la defenza amazona-dije.
-Steven Rogers, Capitan-dijo estrechando su mano. Sonreí y la estreché.
Ambos peleamos contra los hombres malos y salvamos a su amigo.
-Vaya.....para ser una chica eres muy fuerte-dijo su amigo a quien cargaba.
-Fuí entrenada desde los cinco años, fue un entrenamiento duro y dedicado-dije.
-¿De dónde eres Fátima?-preguntó Steve. -Nos hablas como si fueras...no lo se, no de este mundo.
-Soy una amazona, las amazonas somos un grupo de mujeres creadas por Zeus con el proposito de proteger una reliquia valiosa y al hombre, llevamos en este mundo aproximadamente unos mil quinientos años.
-Ok, creo que me desmayaré un momento-dijo el hombre quien cargaba.
-Eso....es muy poco probable, pero la manera que vistes, hablas y peleas, me hace pensar que es cierto-dijo Steve.
-Claro que es cierto-dije. -Pero creo que me quedare aquí a hacer mi principal deber, hace decadas cuando fue la primera Guerra Mundial, una amazona se fue al mundo mortal con el proposito de proterlos, pero creo que una más no hace daño.
-Esto es extraño, pero es de mucha ayuda-dijo.
* Pasarón los días y me uní a la guerra, no se donde estaba Diana es como si hubiera desaparecido o algo así, pero estba yo y Steve me mostraba todo sobre su mundo y la verdad era muy confuso, me emocionaba por todo, incluso me llavaba bien con una mujer que se llamaba Carter.
Después de la perdida del soldado Barnes, estabamos decididos a terminar todo de una vez por todas.
* -Steve, si lo haces moriras-dije mientras subía al avión.
-Si no lo hago, muchos moriran-dijo.
-Entonces lo hare yo, dejame hacerlo-dije, pero más enemigos se acercaban a nosotros, voltee y Steve estaba a punto de bajar y lo detuvé.
-Yo lo hare-dije, -Ten cuidado-y lo abracé.
Después de ello ví que la nave aun seguía en vuelo y nunca más volvió.
70 años después.
Ahora vivía en America, trabajaba en un museo, después de la muerte de Steve, me retiré y me dediqué al cuidado de piezas que me recordaban a lo que una vez viví, no podía volver a mi hogar.
Terminaba de hacer una reconstrucción de una pieza antigua, pero no tanto para mi edad, el tiempo no me afectaba tanto, pero si mis emociones, nunca lo quise admitir, pero estaba enamorada de aquel soldado quien me econtró y nunca le pude decir lo que sentía, ahora no se si volvería a sentirme como aquella vez.
-Señorita Amazona-dijo un hombre en la sala.
-¿Puedo ayudarlo caballero?-pregunté.
-No a mi exactamente, si no a un soldado-dijo, voltee confusa.
-Se quien es-dijo. -Se ve muy bien para tener unos mil quinientos setenta años.
Lo ví sería, -no es necesario atacar, estoy de su lado y vengo a decir, que es la unica persona quien puede hablar con Steve Rogers.
Lo miré en shock.
-No esta muerto, pero esta confundido, vendría bien hablar con alguien sobre su epoca.
Creo que el destino me había dado una oportunidad más.
