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Donde Keith ve fantasmas.

Otro día más, solo otro, eso era, tiempo y horas que tendría que dedicar a soportar a los chicos de su instituto.
No nos confundamos, era bajito pero imponía.
Tenía un algo raro que atraía.
Pero siempre, siempre iba solo.
Había rumores de que hablaba solo, pero eso, eran rumores y la mayoría de chicos le tenían celos.

Era gracioso el echo de que se marginaba siendo popular, pero claro, entre que él se alejaba y ese carácter, era difícil entablar una amistad.

-Keith,_un brazo paso por sus hombros, no lo sobresaltó, ya se lo esperaba,_al final has venido,_esa sonrisa amable y sincera de Shiro, que era su hermano mayor.

-Tengo examen y mamá me mata si me salto una clase,_si, su madre daba más miedo a veces que sus pesadillas.

-¿Estás bien después de lo de anoche?,_la cara del de mechón blanco se volvió seria.

-Si, no te preocupes, no ha sido de lo peor,_lo tranquilizó con una sonrisa y salió corriendo a clase, lo último que quería era madrugar para llegar tarde.

Rumbo a su sitio, al final de clase, cerca de la puerta en esta ocasión y con la mesa de al lado vacía, que pena que sus planes se frustrasen por un cubano que llegó tarde.

-McClain, que sea la última vez,_lo regaño la profesora, no llegaba a ser del todo estricta, pero cuando quería sus castigos eran horribles.

-Si, lo siento, lo prometo,_respondió nervioso mientras algunos se cachondeaban de él.

Lance era también popular, el payaso de clase en muchas ocasiones, terriblemente sociable, no era el mejor estudiante pero sus notas no eran las peores, siempre alegre y jovial.
Pero sobre todo ruidoso, el escándalo y llamar la atención eran parte de su forma de ser.

Pues semejante chico termino sentado a su lado, porque tenían que estar por parejas, forzados a hacer un trabajo que contaba para nota con su compañer@ de pupitre.

-Bueno, perece que nos ha tocado juntos,_saco a relucir el cubano, siempre había tenido curiosidad por ese chico, tenía toda la atención que él no conseguía de la nada, y no, no la usaba.

-Si, soy consciente de la desgracia,_le respondió medio borde leyendo la tarea de su trabajo designado.

-El nombre es Lance,_se presentó medio galán, Keith apenas lo miro, sabía de sobra quien era, chico guapo, de piernas infinitas, piel dorada y ojos azules, cualquiera se derretiría por él.

Incluyendo a Keith.
Que si señores, el chico misterioso y frío tenía su corazoncito y todo.

-Keith,_se presentó de un modo simple, consiguiendo con eso una sonrisa sincera de su compañero.

Paso la mañana y quedaron en verse, el lugar designado la casa de Keith, simple, Lance tenía muchos hermanos, sobrinos y un largo etc, en casa del azabache no habría nadie o quizás solo su madre, así que seria más cómodo.

Y allá que fue Lance, no tenía ni idea de que ese chico viviera en una de las zonas más adineradas de la ciudad, con sus jardines, su entrada privada, que ahí cada una de las casas tenía piscina.

Continuó andando hasta que llegó, eso no era una casa, más bien parecía un caserón.
Era enorme pero no tan recargada como el resto.
Nada más tocar el timbre una loba, literalmente una loba o eso le pareció a él se acercó.

-Cosmo se buena chica,_le dijo Keith, que había salido a abrir,_perdona,_le acarició entre las orejas al llegar,_normalmente le ladra a todo el que toca o se acerca de más.

-Vives en una mansión,_le soltó a cuadros el cubano, consiguiendo que el más bajito riera.

-Es de las más normales de por aquí, anda ven, vamos a mi cuarto,_le indico.

Los principios son tensos, pero entre ellos dos no, a Lance lo rodeaba una energía muy positiva, contagiosa y eso a Keith le gustó incluso más.
El ojiazul descubrió que a pesar de la apariencia y los muebles caros, esa familia era humilde y sencilla.

La tarde paso entre risas y bromas, anécdotas de uno y de otro, Krolia subió a llevarles algo de picar y se sorprendió de ver a su bebé tan cómodo con alguien ajeno.

-Bueno, el trabajo ya está hecho,_Lance se estiró apoyado en la parte del escritorio que le dejó Keith.

-Por fin, ha sido un coñazo,_Keith lo imitó y ambos quedaron medio recostados y cara a cara.

-Joder tus ojos son preciosos,_la cara de confusión del azabache le hizo gracia,_nada, nada, que me gusta el color.

-¿El color?,_le preguntó extrañado.

-Tus ojos,_entonces el azabache lo entendió y sonrió.

-Pero si los tuyos son mucho más bonitos, son azules y no de un gris morado raro,_le soltó tan natural y ambos se sonrojaron, que el cachondeo y el tonteo era una cosa, pero estar tan cerca otra.

-Ahora mismo te besaría,_Lance sonrió y no le tradujo eso.

Se quedaron mirándose un poco más, y todo lo paranormal empezó, primero la silla de Keith salió disparada hacia atrás, luego la del cubano.
Ambos se miraron asustados, sobre todo el cubano, que no le había pasado algo así en su vida.
Al contrario el azabache mantuvo la calma, dijo algunas palabras en bajito e hizo un signo o en el aire, después de eso la lámpara tembló y todo terminó.

-Lo siento,_murmuro el ojivioleta, ya estaba, si Lance decía algo estaba muerto.

-¿Qué ha pasado?,_le preguntó sin entender nada, algo había ido mal, aunque todo se veía bien en ese momento.

-Es una entidad maleada, aún la estamos intentando expulsar, siempre va a por mi, porque soy más sensible,_el de tez pálida estaba cabizbajo, ese era su fin, porque todos esos rumores eran ciertos.

-Dios y todo esto lo aguantas tú solo,_pero por el contrario, el de pelito corto lo abrazó con fuerza, con toda esa energía blanca que desprendía, curando su miedo en el acto,_no pasa nada, no hay nada que sentir.

Ese día Lance se quedó a cenar, y no solo ese, sino muchos más, también el azabache iba a su casa, en la que podía ver al espíritu de su abuelo, siempre vigilando a su familia.

Desde ese día estuvieron juntos, pasará lo que pasase.
Esperando al momento adecuado para confesar su amor por el contrario.

Si queréis continuación de esta o cualquier otra historieta, os espero en los comentarios.
Mil gracias por leer mis movidas.
Squire White 💕

Klance one-shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora