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Como estaré esta semana sin daros señales de vida os regalo este cap de domingo, para que terminéis la semana con un poco de Klance 💜

Estaba en la ventana, y quien dice ventana dice intento de balcón, asomado y cotilleando, ¿qué iba a pasar a las putas dos y media de la mañana en su vecindario?, pues poca cosa.

Le dio otra calada al cigarro, ya había despachado a su polvo nocturno, no había estado mal, nada mal, pero joder estaba cansado de que le dieran sin él poder dar.

Que poner el culo no te hace más gay, ni más afeminado, si quieres darle a un tío por el culo, y solo te interesa eso o que te den, eres gay, pero no, él se había puesto guapo para nada.

Era demasiado tarde como para volver a salir, y demasiado pronto para acostarse, estaba acostumbrado a pasarse la noche casi en vela, dormir hasta medio día y por la tarde curro, esa era su rutina.

-Hola chica, ¿tú tampoco puedes dormir?,_ese aún cachorro de loba adorable era Cosmo, la idea de ponerle ese nombre fue de su hermano, que se le había metido que no podía estar viviendo tanto tiempo con ella sin ponerle uno.

La pequeña de la casa lo miró ladeando la cabeza, y se acercó a él en busca de mimo, Keith no la rechazó, no era fan del afecto, pero joder, un poco de cariño de vez en cuando no estaba mal.

-Vaya puto coñazo de barrio, ¿verdad?, no pasa nada en condiciones, nuestros vecinos son unos sosos Cosmo, por eso me tocan a mí los huevos,_apagó el cigarro, la cogió en sus brazos y se sentó en el umbral de la ventana, metiéndola dentro de su chaqueta, que hacia frío.

Los dos habían perdido la noción del tiempo, al menos Keith, no se había dormido, solo repasado mentalmente las veces que su vecina le había cortado un polvo, de los buenos, por hacer ruido dando golpes a la pared.

Su solución final y efectiva fue atornillar la cama y deshacerse del cabecero, total ya desharía eso si se cambiaba de piso, no estaba como para soportar al imbécil de su casero.

Cosmo se había acurrucado en sus brazos, respiraba y se veía tranquila, la envidiaba, el mataría por poder dormir así de tranquilo y calentito, y con caricias, que la mano del azabache recorría desde hacía horas la mano por su pelaje.

-¿Vamos a dormir peque?,_la cogió con cuidado, llevó su cuna hasta su cama y la metió dentro, con él, aun seguía dormida.

Dormida y con el privilegio de dormir al lado de su amo, que ya fumaba menos, después de un café y después de un polvo, lástima que todas las mañanas y más de una tarde necesitara un café, pero siempre fumaba en la ventana, nada de humos en casa, por su chica.

Se lavo los dientes, iba a meterse a dormir en la cama, y entonces pum, se escucho una clase de ostia con un coche que era importante.

Pobre pringado al que le fuera dado ese borracho, Cosmo lloriqueo por el ruido así que fue a por ella antes de asomarse.

Que era un cotilla, pero quería maldecir al capullo que hubiera despertado a su compañera de piso, que no, Cosmo no era una mascota.

-Mirálos Cosmo, son como los monos esos de los documentales,_la loba miro sin comprender al de tez clarita, por supuesto, a ellos se habían sumado más vecinos curiosos, la mayoría a quejarse y a amenazar con llamar a la policía.

Keith solo intentaba escuchar los gritos de un chico moreno y alto, a ese le habían jodido bien el coche, el otro tipo iba con un colofón importante, sin dejar de reírse, las risas que se iba a pegar el capullo cuando se le pasara.

-Cosmo, sé buena chica, voy a calmar las cosas,_le dio un besito en la cabeza, un ñoñería, si lo pilla Shiro se descojona de él.

Se puso rápido ropa y cogio placa y pistola, que nunca se sabe, bajo abajo, calmo a los vecinos con solo bajar, ya lo conocían, a él y a su carácter de mierda.

Klance one-shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora