⭐️129⭐️

239 13 3
                                    

No había forma, que no, que se estaba muriendo de aburrimiento, y creedme había aprendido la lección, nada de entrenar con Keith.

-Lance, es bueno moverse, venga, lo hacemos suave,_le dijo con una sonrisa.

-La última vez no me pude mover en una semana,_le recordó cruzándose de brazos.

-Mentira, te pasaste un día moñas y ya está, vamos a estar encerrados muchos días, se bueno y ven conmigo,_el azabache sabía de sobra que moverse era vida, más aún en esas situaciones.

Lance al final hizo caso.
Que se puso el chándal, los tenis, todo, hasta la esterilla que azul que compró.
Y siguió todas las instrucciones que Keith le dijo para entrenar.

-Vale, por hoy para, yo tengo que seguir algo más,_le dio un besito en la mejilla.

-Entonces, se podría decir que me he portado bien, ¿no?,_le preguntó, con esa sonrisa que Keith ya conocía de sobra.

-No empieces,_el azabache seguía entrenando, haciendo flexiones, sin parar ni medio Segundo.

-Ooh~, pero si solo quiero entretenerme, los dos, tú y yo~,_le dio con el dedo en la nariz, haciendo que automáticamente cerrase los ojos.

-Que no me da la ganas de ponerme ningún potingue, hago la cena y te doy un masaje,_le respondió cambiando a hacer una serie de abdominales.

-Me vale, pero.., esta noche peli,_le dijo con una sonrisa.

El ojivioleta asintió, Lance dejó algo de música de fondo mientras lo observaba.
Es que era todo un soldadito.
Entrenado como si la vida le fuese en ello, con el pelito pegado por el sudor, joder y que se le marcaban todos los músculos.

-Una serie y termino,_le dijo, ese era un aviso para que fuera al baño, a ducharse.

-No te pongo potingue, pero nos duchamos juntos,_le dijo el cubanito, tumbado en la esterilla y observándolo.

-Estás ñoño,_Lance se puso de morros en ese punto.

-No estoy ñoño, quiero estar contigo, pero si no quieres pues nada,_y si señores, el azabache la había cagado, porque Lance estaba sensible.

Keith salió detrás de él para que le cerrase la puerta del baño en la cara, no había pestillo, pero era una declaración.

-Vale, vale, no estás ñoño,_Keith abrió la puerta.

-Que no entres, cuando me duche te aviso,_y ahí estaba borde como él solo.

-Lance.., voy a buscarte ropa,_el azabache suspiro y subió a por un pijama, no le quedaba otra, tenía que darle algo de espacio.

Subió despacio, cogió un pijama suyo para Lance, porque ya lo conocía y bajó.

-Oye, quiero quedarme contigo, siempre,_Keith se había sentado en el suelo del baño, dejándose caer por la pared llena de vapor, mirando a su chico.

-Yo también,_le respondió el cubano, con ese tonito de culpabilidad.

-Perdona por ser un soso siempre,_el morenito no podía dejar de mirar a su chico, con la cabecita gacha y hecho polvo de entrenar.

-No pasa nada, ven, conmigo,_el azabache suspiro y obedeció,_te va a costar unas cuantas mascarillas que te perdone,_Keith empezó a reír al ver esa carita de sin vergüenza y de pillín.

-Lo suponía, noche de pelis y potingues,_suspiro el azabache.

-Tú lo has dicho, y quiero ese masaje y la cena rica, yo te ayudo, no voy a ser tan malo,_le dio un besito en los labios, de esos que sí eran ñoños,_venga ahora a dejarte limpio,_lo apunto con el agua mojándolo casi al instante.

Obviamente que Keith no pudo ni quejarse, Lance estaba otra vez de buen humor, y la pelea no llegó a más.
Además en el baño lo mejor era no quejarse.
Lo mejor era dejarse hacer.

-¿Me la quito ya?,_preguntaba el ojivioleta, a lo que él cubanito le negaba.

-Te estoy poniendo los potingues aquí, esta noche te dejo tranquilo, un minuto más y ya está,_le daba besitos a la mejilla y con el tonteo, que sabía que no se resistía a él.

-Me parece correcto, no sigas que esa regadera es nueva, arrancamos la otra hace un mes y no podemos ir a comprar una nueva ahora,_Lamce estalló en risas contra su pecho, abrazado a él, como si fuera inocente de sus actos.

-Ooh~, te pongo a cien muy fácil,_el cubanito estaba bien pegado y haciendo circulitos en su espalda.

-Cállate,_el de tez clarita estaba sonrojado, y no, no era por el agua caliente.

-Venga, te la quito y nos secamos,_un piquito cargado de amor y a seguir.

Lance le ayudo a enjuagarse, se encargó de que se secase, se peinase, no huyera del secador ni de la crema y le dejo besitos por todos lados por dejarle su pijama, era el pijama más cómodo del universo.

El único detalle fueron las zapatillas, esas de leones que tenían a juego, que se las había olvidado arriba.

-Mierda, ya sabía yo que se me olvidaba algo,_es que en esos momentos Lance estaba de morros, solo podía centrarse en arreglar las cosas.

-Keith, no pasa nada,_le dio un besito en el cuello, apartándole el pelito, convirtiendo el beso en una marca.

-No quiero que te resfríes,_Keith se agacho delante de él,_venga sube,_ahí estaba la versión de Keith detallista y descentrado de entrenar.

Por supuesto el azabache hizo el imbécil, subía y bajaba escaleras, andaba en zigzag, daba algún que otro saltito, que eran dos niñatos a fin de cuentas.

-Keith, nos vamos a caer,_el cubanito no podía dejar de sonreír y de reír, agarrándose fuerte, que ojito su chico lo tenía bien sujeto.

-Haz caso que no, venga ya está,_lo dejo caer suave sobre la cama,_aquí tienes,_le dejo su par de zapatillas y se limpió los pies antes de ponerse las suyas.

-Ven,_lo llamo floquito, y el azabache ya sabía lo que había, iban a retrasar la cena un poquito.

Pero no, no iba a ser sexo, ni hacer él amor, solo necesitaban una sesión de besos y de mimos, se susurraban cosas ñoñas y se miraban a los ojos.

Así estaban un rato, abrazados y calmados.
Dándose todo el amor que llevaban dentro.

Si queréis continuación de esta o cualquier otra historieta, os espero en los comentarios.
Mil gracias por leer mis movidas.
Aka 💕

Klance one-shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora