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Último especial del año, el día de los reyes
y como no, tenéis cap de regalo.

Cuatro añitos tenía su crío precioso, era diminuto, inocente y adorble, Lance lo había llevado a las cabalgatas, a ver a los reyes y coger algunos caramelos, Keith esa tarde trabajaba, al día siguiente no, que lo tenía libre por suerte.

-¿Te gustan?,_le preguntaba el cubano, lo tenía en brazos, que había mucha gente y mucho alboroto, apenas habían cogido algunos caramelos.

-Si, si, el año que viene tenemos que pedirle a papá que venga con nosotros,_le dijo el pequeñito, que en el fondo también lo echaba de menos, era un niño, quería estar con sus dos padres, era comprensible.

-Lo intentaremos, ¿vale?,_Shiro asintió convencido.

Vieron pasar a los acróbatas, con sus volteretas, bailes imposibles y el fuego, ese olor a quemado, Shiro se agarró muy fuerte de Lance con eso, odiaba el fuego, y era comprensible.

-Tranquilo, esos chicos saben dominar el fuego, igual que papá,_le dijo, acariciando su espalda y su cabecita y pegándolo aún más a él, que su bebé se sintiera protegido.

Después uno de los reyes, junto a una lluvia de caramelos, apenas cogían algunos, pero al peque le hacía gracia como la gente los cogía, así que no pasaba nada, unos cuantos bailarines, personajes de distintas series infantiles y dibujos, los otros tres reyes, un dragón enorme que llevaban muchas personas y por último una banda de música, que al peque le encantó.

Shiro había guardado unos caramelos para su papá, para su papi y para él, el resto los había repartido con niños más pequeños que no habían conseguido coger ninguno, que era un encanto de niño.

-Pero que niño más guapo y más bien educado,_una de las madres miró a Lance, con una sonrisa.

-Papá y papi dicen que hay que compartir, papá no está, porque esta trabajando, es bombero_le explicó a la mujer con una sonrisa tierna y sincera.

-Ya veo, seguro que su esposo está deseando de verlos, si salís ahora no os pilla el atasco, mi marido me han dicho que van a cortar varias calles por seguridad, él es policía,_la mujer le guiño el ojo al cubano que le agradeció.

-¿Nos vamos a esperar a papá?,_el menor asintió, volviendo a los brazos de su padre, le gustaba estar en sus brazos, y aún era pequeño como para permitirse ese lujo.

Tal y como le dijo la mujer, al poco tiempo cortaron las carreteras principales, y a Lance no le gustaba la idea de llevar al peque atrás solito atrás mientras daban toda la vuelta por las carreteras menos seguras de la periferia y con mucho tráfico, y mucho capullo al volante.

Fue llegar a casa y recibir un mensaje del que era su esposo, que iba a llegar para cenar, que Kolivan se hacía cargo esa noche y salía antes, que sus críos habían ido con él a las carrozas, que les toco repartir ese día y el mayor le dijo que se largase con su familia.

Y a esas alturas Keith hacía dos cosas, una aprovechar el tiempo con su pequeña familia, y la otra seguir lo del pelo corto, que ya le había dado Kolivan un escarmiento cortándoselo al ras como un militar.

-Papá vendrá para cenar en un ratito,_le anunció al renacuajo que dio saltitos al instante,_voy a hacer la cena, vigila a Cosmo, y mira a ver si ves a los reyes, se suponen que vienen esta noche,_le dijo, maldita sea que carita de emoción y que inocente era su pequeñito, y qué rápido crecía.

Klance one-shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora