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Esto formará parte de un especial 20k por todo el amor y cómo me habéis pedido segunda parte, os informo que tendrá también una tercera, espero que os guste y que os saque unas risas ^^

-¿A dónde vamos?,_el cubanito se había pasado un par de horas en el baño, había dejado a Keith dormir en el sofá, con Cosmo acurrucada cerquita.

-A un sitio que te gusta,_le respondió medio dormido, notando el peso de su compi encima, que era una mimosa.

Cosmo se revolvió un poco reclamando mimos, era la peque de la casa, se portaba bien cuando la dejaban sola, era lo mínimo.

-Pero dime cual,_Lance se sentó a los pies de su chico, haciéndole cosquillas y escuchando esos para y esas carcajadas tontas.

-Ese que es bonito, el del centro que está lejos de casa,_le respondió con una sonrisa, mirándolo por encima de la bolita de pelo que era su chica mimosa.

-Vale, voy a ponerte ropa en el baño, espabila y date una ducha, es tarde,_Lance se acercó le dio un piquito a su chico, que lo acerco para que se convirtiera en un beso, de esos largos.

Cosmo recibió varios mimos y salió corriendo a hacer un par de saltos hasta hacer el último pluf donde estaba el chico de piel bronceada, en busca de más mimos, que Lance se los daba.

Pero a parte de acariciar ese pelaje tan suave y bonito de la peque de la casa Lance le daba vueltas a otra cosa.., si, si, el matrimonio.

Que se lo quería pedir y no sabía ni como, se estaba estresando, porque quería que fuera especial, pero tampoco quería asustarlo, que Keith era muy tímido en el fondo, tampoco iba a cuadrar eso de llevarlo a cenar fuera a un sitio distinto.

Ni hacerlo arreglarse mucho, que sino.., que al azabache no le gustaban los sitios de etiqueta, era una persona muy normalita, no le impresionaban los lujos, tampoco se sentía cómodo con ellos.

Lo adoraba y quería que fuera especial, íntimo, un momento de esos para atesorar entre los dos.

-Venga, vamos o llegamos tarde,_Keith era capaz de ofrecer sonrisas cálidas como esa, y Lance era capaz de comerselo a besos ahí mismo.

-Voy, voy,_el cubanito le cogió de la mano, ese gesto ñoño de entrelazar los dedos.

Podía hacerlo, era Keith, su novio, su confidente, su mundo, su rival, no debía de tenerle miedo a admitir que quería pasarse la vida a su lado.

Esa noche ambos se olvidaron de todo, del matrimonio, del miedo que les daba, los nervios que les generaba, solo bebieron algo de vino, cogieron el metro y luego un taxi, se pasaron un pelín con el alcohol y poco más.

-Keith, descansa,_Lance lo miró con ternura y le dio un besito sobre los labios, que estaba dormido.

Solo habían pasado dos dias desde que el plan de ambos se puso en marcha, el fatídico plan de conseguir el anillo perfecto.

Algo sencillo y que al otro le gustase.

Pero la peor parte de la llevaba Shiro, mejor amigo de Keith, bueno, siendo claros era como su hermano mayor, y sorpresa, sorpresa el cómplice de ambos.

¿Por qué no Hunk?, porque para la mala suerte del cubanito su mejor amigo estaba de viaje por el espacio para conseguir unos acuerdos.

Así que a Shiro le tocó la tarea de organizar dos pedidas de mano a escondidas una de la del otro y sin saber cómo demonios hacerlo, encima por esa conexión que ambos tenían habían pensado hasta hacerlo en el mismo sitio.

-Se te ve más estresado a ti que a esos dos, ¿recuerdas verme nervioso antes de pedírtelo?,_Adam, en carne y hueso, que sobrevivió (tenía que vivir para regañar a su chico), se burlaba de Shiro.

Klance one-shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora