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Donde Keith y Lance van juntos al parbulario.

-Ten cuidado, te recogeré a la salida, así que espera dentro hasta que yo llegue,_era la sexta vez que se lo repetía, pero es que estaba nervioso por su hermanito menor.

-No te preocupes Takashi, estaré bien,_le respondió el menor usando su nombre, no su apodo, cosa que sólo podía hacer él.

En septiembre empezaba el año escolar, tras la mudanza, para Shiro también sería empezar de cero, igual que para Keith, pero no les quedaba otra.
Los colores del verano se iban perdiendo por las nuevas calles, pasando de verdes a colores rojizos y amarronados.
El olor a castañas asadas y ese vapor frío que salía de sus bocas al hablar.

-Si me preocupo, eres mi hermano menor,_le dio un corto abrazo,_prometo no tardar, ¿vale?,_el menor asintió y acepto el abrazo del mayor, luego entro dentro, dónde la maestra lo esperaba.

Shiro tenía 10 años y se encargaba de cuidar de Keith, era muy maduro y responsable, pero seguía siendo un niño.
Krolia confiaba en él, pero aún así había llamado a la canguro para la tarde, ella podría recibirlos tras el primer día de cole, pero no pasar la tarde con ellos.
Así que la mujer se esforzaría en hacer su comida favorita antes de que llegasen.

-Keith Kogane, ¿verdad?,_el azabache asintió, era una monada de crío, pero tenía mucho, mucho carácter,_muy bien Keith, primero té presentaré a tu compañero de pupitre, también es nuevo y se acaba de mudar como tú, así que no conoce a nadie, creo que podéis llegar a ser buenos amigos,_la maestra lo cogía de la mano y lo llevaba hasta una salita diminuta, al lado de la clase donde había más niños de su edad.

-Hola,_saludo el ojivioleta al otro niño de su edad, era un pelin más alto que él, moreno y con unos ojos azules como el mar, muy profundos.

-Hola,_le respondió el moreno, sin que la maestra interviniera, se mantuvo expectante,_el nombre es Lance,_le dijo con una sonrisa.

-Yo me llamo Keith,_le respondió, sin entender el entusiasmo de su compañero, Lance se había puesto en pie y había prácticamente corrido a su lado.

-¿Keef?, es un poco raro,_razono el mejor.

-Es Keith, no Keef,_le corrigió el azabache, Lance frunció el ceño y probó hasta que lo pronunció correctamente, no quería ofender a su nuevo amigo.

-Muy bien niños, vamos a ir a clase ya, como os lleváis bien si que seréis compañeros de pupitre, pero tenéis que portaros bien para que no os separe,_les recordó la maestra a lo que ambos asintieron, siendo el cubano el que le cogió la mano al coreano por instinto.

El día de clase pasó con normalidad, algunos niños se metieron con Lance por ser muy moreno, según ellos estaba sucio, a Keith ya habían aprendido a no decirle nada, porque menudo carácter, el azabache era tremendamente inteligente y espabilado, y ya había matado con la mirada a uno de los abusones con un "te parto la cara" sutil.

-Lance, dime que ha pasado,_le insistía el azabache, porque estaban en el patio y el ojiazul lloraba como un alma en pena, que lo dejo solo tres minutos para ir al baño y lo encontró así.

-N-Nada,_le contestó aguantando los hipidos como podía, es que no quería llorar, no delante de Keith, se reiría de él y lo dejaría solo como todos.

-Mientes,_Keith frunció el ceño,_te han dicho algo, ¿verdad?,_le preguntó serio y el castaño se rindió y asintió,_¿quién fue?

-N-No le hagas nada, no quiero que te castiguen, ni le digas nada a la maestra, te dirán chivato,_el cubano hablaba nervioso a la velocidad de la luz, pero el ojivioleta entendió todo.

-Vale, vale, pero no llores más,_y Keith lo abrazó, y Lance también, y esa fue la mejor cura, el abrazo y las palmaditas en la espalda que le daba con mucho cariño el coreano.

-Gracias,_le respondió Lance, dando un beso en su mejilla y sonrojando a Keith.

Que el tiempo se les detuvo un momento, que estaban en su burbuja, Lance no estaba sucio, olía rico.
Keith no era un arisco, era muy tierno y sus mejillas eran cálidas y suaves, lo adoraba, Lance adoraba a ese chico y hacía que su corazón latiera más rápido.
Ambos habían decidido que les gustaba estar con el otro en ese instante.

-Lance y Keith son novios,_empezó a corear uno de los abusones que se había reído del cubano, al que se le unieron más, muchos a ver la situación, otros a mirar con lástima a los dos niños, sobre todo al azabache, pues le habían cogido gran manía al cubano por ser un "blanco fácil", que aún no dominaba el idioma.

Y de golpe todos los miraban, esperando alguna reacción y el ojiazul se temió lo peor, que Keith saltara, lo golpeara y los separasen.
Que si, que sabían que tenía carácter por las clases que habían vivido con él, si la maestra lo llega a pillar, se habría liado aún más.

-Bueno James, yo tengo un novio muy lindo, avísame cuando tú tengas un novio o una novia que se le parezca,_esa mirada desafiante que caracterizaba al de tez pálida dejó helado al chico, _y que quede claro, si le decís cosas feas o le hacéis algo, quien irá a por vosotros seré yo,_el azabache le cogió la mano al cubano y lo arrastró lejos de ahí, hacía una zona con columpios, para que se terminase de desahogar.

Esperaban otra reacción, pero se quedaron de piedra, es que Keith era una bomba de relojería, nunca se sabía cómo iba a reaccionar.
Desde ese día los dos niños se hicieron inseparables, lo de que eran novios nunca se hizo o no oficial, ya que quedó como un simple juego de niños.
Ese primer día de cole fue más que memorable, no solo para Keith, porque Shiro tuvo un compañero de pupitre llamado Adam, que se terminó en convertir en algo más pasada su adolescencia.

-Vamos a llegar tarde,_se quejó el ojivioleta, ya habían pasado años, los suficientes para que él y el cubano se convirtieran en niñatos de 17.

-Espera, mira que encontré,_Lance se sentó al lado del que desde hacía varios años era su chico, oficialmente.

-Madre mía, que pintas,_Keith se rió ante la imagen, resultó que su niñera era la hermana mayor de Lance, y siempre iba con su hermanito desde el día en que descubrieron el parentesco, otras veces Krolia se encargaba de cuidarlos, otras la madre de Lance, al final ambas madres se hicieron íntimas amigas.

-¿Lo recuerdas?,_le preguntó el cubano, él recordaba hasta el olor de la tierra mojada y el césped.

-Si, ese día llovió mucho y mi madre nos cuidaba, nos dejó ropa vieja de mi hermano, dios se había ido de campamento,_Keith recordó el berrinche que montó al descubrirlo, que Shiro no le dijo nada para que no se pusiera triste y no sirvió.

-Estabas muy mono así,_el cubano le pellizco la mejilla,_ahí tenias el pelo cortito aún,_le dio un piquito, que la melena de su chico era preciosa aunque él se lo negara.

-Joder es verdad,_rió el mas bajo,_mírate tú, siempre hacías esa pose hasta los siete u ocho años,_le señaló sus manitas en victoria, bueno su manita, con la otra sostenía la mano de su chico.

-Oye, era la mejor pose de todas,_le contesto en su defensa absoluta,_¿recuerdas el primer día?,_el azabache asintió,_dijiste sin pensarlo que era tú novio.

-Te lo propuse primero entonces,_le sacó la lengua y eso hizo que el cubano se replantease muchas cosas y que ambos se sonrojasen.

-¿E-Eso significa que somos novios desde los tres años?,_pregunto el castaño, pregunta retórica.

Y ahí estaban los dos tontos, rojos a más no poder y olvidando que llegaban tarde.
Los niños de aquel día se prometieron protegerse el uno al otro para siempre.
Los niñatos de más adelante prometieron amarse el uno al otro para siempre.
Pero esos mismos niños, habían crecido y se habían enamorado día a día, hasta terminar saliendo.
Tenían sus peleas, sus enfados tontos y sus discusiones, pero nunca se separaron.
Porque estaban hechos desde el principio el uno para el otro.
Estaba claro, que cuando fueran adultos, iban a estar juntos y formar una bonita familia.

Si queréis continuación de esta o cualquier otra historieta, os espero en los comentarios.
Mil gracias por leer mis movidas.
Squire White 💕

Klance one-shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora