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ESPECIAL POR EL CUMPLE DE NUESTRO CUBANITO

La noche pintaba bien, pintaba de ser tremenda y acababa de empezar, estaba de coger pan y mojar, ojos azules como el mar, unos pantaloncitos blancos, de los que se pegaban, y una de esas camisetas de manga corta playera, con motivos de mar, conchas, caracolas y barcos en tonos azul marino, con esos tenis azul cielo que resaltaban aún más su piel morena.

Encima habían tenido suerte, Lance, nuestro cubanito tenía muy buenos amigos, lo suficiente como para ir de fiesta con ellos y que escondiesen una borrachera, o le cubrieran las espaldas si iba contento y alguien se quería aprovechar.

Pero hoy la fiesta era especial, era en su honor, porque si, nuestro cubanito se hacía mayor, un año más y este había sido bueno.

Más que bueno, que había empezado a tontear con ese chico, por eso se arreglaba tanto, porque si, estaba de tonteo casi serio con Keith.

-Lance, vamos, como lleguemos tarde Keith se va a enfadar, que le costó mucho conseguir esas pulseras,_Pidge iba a matar a uno de sus mejores amigos, que era un tardón.

-Ya estoy, ya estoy,_el morenito se dejó asomar, que a su amiga italiana contra todo pronóstico le gustaban las fiestas,_vaya Pidge, estás muy guapa,_le dijo con una sonrisa.

-Lo sé tengo espejos en mi casa, y he tardado menos que tú,_le respondió, con esa camisa verde y los pantalones cortos vaqueros, su pelito suelto, y esos ojos enormes con un toque de maquillaje, todo idea de Allura, una de sus mejores amigas, la italiana era preciosa sin arreglar, arreglada era un bombón.

Ni mencionaremos esos momentos en los que Pidge quería matar a Lance por tirarle la caña y el arpón a su mejor amiga, es que lo mataba.

Que a la peliblanca le gustaban las chicas, en concreto Romelle, con la que ya llevaba casi tres años de relación.

-Bueno si estás nos vamos, que Shiro nos dijo que mejor ir algo pronto para que podamos subir al palco sin tanta gente y tanto agobio, te recuerdo que tenemos las Vip y que Hunk nos espera en la puerta,_la italiana prácticamente lo arrastró, lo dejó coger llaves, cartera y móvil, poco más.

Que por suerte tenían transporte y buenos lugares cerca donde dejarlo, sino se podían morir esperando el bus o esperando una clavada por un taxi.

-¿Has perdido las pulseras?,_Shiro miraba al que era su hermano pequeño de arriba a abajo.

Que se había arreglado, se le notaba, eso y que estaba nervioso de cojones, pero no le iba a decir nada, que si le quisiera decir algo, ya lo habría hecho.

-No, las tengo en la moto, ¿es que quieres ir en coche?,_le preguntó, Shiro a veces lo mataba, ahora no, porque sabe que era el cumple del chico al que le gustaba.

-He pedido un taxi, me lo dijo mamá, que tenemos barra libre, es un regalo de papá para promocionar la zona vip, encima atraso las cosas para el cumple de Lance,_le recordó, que a esas alturas Shiro llamaba papá a Kolivan, Keith también, aunque a veces lo llamaba por su nombre de pila,_anda ve a por las pulseras.

-Voy, voy, joder, no sabía lo de la barra libre, ¿quién viene al final?,_le preguntó saliendo disparado hacia el sótano, donde estaba el garaje.

Al llegar Shiro le dio nombres, los conocía a todos y se alegraba mucho de que pudieran llegar a venir, iba a ser una reunión del grupito de siempre, le resultaba hasta tierno.

-¡Keeeef!,_Romelle prácticamente asaltó al menor de su grupo de amigos más cercanos, era como un hermanito para ella.

Por no hablar de las veces en las que iban a ver a Shiro cuando Keith no era más que un renacuajo de verdad, la de trastadas que le hacían al pobre, que de pequeño era muy mono y adorable.

Klance one-shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora