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Esta es una petición que me llegó en un mensaje privado, también podéis dejarme ideas por ahí si os apetece.

Ese día estaba agotado, llegaba de una misión, le había prometido a Lance no ir a ninguna, a no ser que fuera necesario, y esta vez era urgente.

-¿Cuánto le queda?,_preguntaba nervioso el cubanito, acababa de aterrizar y tuvo que llevar a un informe, rápido porque era para Pidge.

-Sabes que está a salvo, Lance, tranquilo, en tres minutos o menos vendrá,_Shiro intentaba calmar los nervios de su cuñado, que era una monada.

Estaban en uno de esos largos pasillos de la Garrison, se sentía un crío otra vez, solo que ya no iba a fingir estar haciendo algo para ver pasar al azabache.
Ahora lo esperaba para algo más.
Ahora un anillo con su nombre grabado estaba en su mano, en su dedo mientras le daba vueltas nervioso.

Y tras dos minutos y un plus luminoso aparecieron Cosmo y Keith, que aún iba con el uniforme de marmora.

-Perdona por tardar,_el morenito se tiró a sus brazos, a apretarlo fuerte, que habían sido dos semanas incomunicado hasta que volvió, y sí, lo había echado mucho, muchísimo de menos.

Su olor, el sonido de su corazón, ese sonrojo bobo que aún adornaba sus mejillas a la mínima muestra de cariño.

Por supuesto que Cosmo también se acercó a recibir mimos, de Lance y de Shiro, que cuando estaban en el espacio el mayor la cuidaba más de una vez.

-Bienvenido,_Shiro lo saludó, con una sonrisa.

Keith sabía que su hermano estaba ahí por un claro motivo, Lance estaba demasiado nervioso como para negarse a acompañarlo.

En cuanto Lance decidió que era suficiente se separó de él, dándole espacio a su esposo para saludar al que era como su hermano mayor, y mimando a la peque de su casa en mejores condiciones.

-Gracias Takashi,_le dijo con cierta burla, que sabía que el japonés también estaba nervioso,_¿y Curtis y la peque?,_le preguntó con una sonrisa.

-Todos bien, y ya sabes que la peque quiere que sus dos tíos favoritos le hagan una visita,_le recordó, a lo que el azabache asintió.

-Lo sé, intentaremos ir mañana, ¿te parece bien?,_Lance asintió, se había enganchado del brazos de su chico y solo quería estar a solas en casa con el, que tenía algo en mente.

Keith era bastante necio para algunas cosas, la mayoría de ellas, así que Lance, poco a poco, iba ganándole terreno. Y el tema ponerse una crema para que su piel no se quemase al salir a correr se le estaba complicando por ser verano.

El trayecto en coche se les hizo corto, cortísimo, y por supuesto Shiro les hizo prometer el acudir el domingo sin falta a una pequeña celebración.

Cosmo hizo un puff rápido, derechita a su cunita, a acurrucarse con alguna camisa robada de Lance o de Keith para dormitar un ratito, que estaba cansada.

-Oye, bonito mío, ¿qué quieres hacer?,_Lance le preguntó eso una vez cerraron la puerta y se dejaron caer en el sofá.

-Con estar así me vale, tengo que dormir y darme una ducha,_el azabache se acurrucó en las piernas del cubanito.

-Tu pelito es un desastre, ¿con qué lo has atado?,_le preguntó preocupado.

-Con una cinta rara, es una especia de planta que había, no soy botánico espacial, Lance, no lo sé, ¿por qué?,_el chico de tez clarita se acurrucó un poquito más.

-Vale, voy a intentar quitártela está pegajoso, pero ya te has dormido.., mi desastre,_Lance se inclinó y lo besó en la frente, suspirando al apartarse, por fin podía estar tranquilo, o eso creía.

Klance one-shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora