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Continuación capítulo 64 dedicado a @LaurelYUNO

Ese día el cubano no estaba, estaban el peque y papá solos, solitos en su casa con Cosmo.

Echándolo mucho de menos, y no, no se había ido por unos días ni nada, que llevaba menos de un par de horas fuera, que iba a una excursión a ayudar a cuidar de niños, a echar una mano a sus jefes.

-Papá, ¿cuándo viene papi?,_le preguntó el peque de la casa, subiéndose a su lado del sofá, acercándose a Keith, que lo sentó sobre sus piernas y se medio recostó.

-Papi vendrá en tres horas, te ha prometido que iríamos a merendar fuera,_le acaricio el pelito, mierda, lo tenía muy largo, demasiado largo.

Y a él le había llegado el puñetero aviso de Kolivan, y no, no le había dicho ni media palabra a su esposo, adoraba esa palabra, pero no lo había avisado del cabreo que se pillo, ¿por qué demonios tenía que cortarse el pelo por temas de uniforme?

No, no le veía sentido, pero como ahora era representante, y el segundo al cargo de forma oficial de todo el campo de bomberos, no se podía pasar el reglamento por el pito del sereno, como llevaba años haciendo.

-¿En qué piensas?,_Shiro se había acurrucado sobre su pecho, le acariciaba la cicatriz de su mejilla derecha con la manita, con un cuidado y un cariño infinito.

Esa cicatriz la consiguió el día que rescato a su pequeño, muchos le dijeron que una cicatriz en la cara era una putada, pero ni se preocupó por la maldita marca, solo quería salvar a ese niño y protegerlo, y de verdad que lo había hecho.

-En que tengo que ir a cortarme mucho, mucho el pelo, son cosas que tiene que hacer papá por su trabajo, por el ascenso,_le contestó, con una sonrisa suave.

-No te preocupes por eso papá, yo me lo corto contigo, podemos pedírselo a papi,_le contestó con una sonrisa radiante, era tan mono y tan inocente, que no pudo evitar abrazarlo.

-También podemos darle una sorpresa, ¿qué te parece?,_el menor asintió, que remedio, o al día siguiente llevaba el pelo corto, o Kolivan se lo cortaba al ras, que se había cansado de darle el ultimátum.

-Vale,_el menor sonrío, su papi insistía mucho en que ambos se cortasen el pelo, así que sería una buena idea, y sabía que papá ahora tenía un trabajo mejor, y un horario mejor, que podía pasar más tiempo con él.

Cosmo se quedó como la dueña del hogar, Keith y el peque se acercaron al centro, dando un par de vueltas hasta el sitio que le recomendó Allura, bendita mujer, si es que por algo era su dama de honor de bodas y la madrina de su niño.

Y ahí estaban, Keith tomó a su bebé en brazos y entró, que ya había apretado algo el calor, así que eso lo animaba mentalmente, pelo corto menos calor, o miraba el lado positivo o salía corriendo a casa.

-Bienvenido,_un simpático y carismático hombre con pelo y bigote naranja los recibió, con una amplia sonrisa.

El sitio no olía como debería, ni a laca, ni a tinte, ni a productos, olía rico a una flor que no sabía reconocer, todo amplio y muy bien iluminado.

-E-Esto soy Keith, y el es Shiro,_el menor observaba al hombre sorprendido, se había quedado tan estático como su padre.

Klance one-shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora