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Continuación del capítulo 38
Dedicado a @NarryIsRealBitch

Más de dos meses de convivencia y tonteo que llevaban, María no era tonta, claro que no, sabía de qué pie cojeaba cada uno de ellos a esas alturas.

Pero no se podía hacer nada, si se gustaban, se gustaban, no eran hermanos realmente, y Keith era muy buen chico y lo conocía bien, así que no iba a impedir nada.

-Hace un tiempo horrible,_Lance estaba asomado a la ventana, con las cortinas corridas y el pijama puesto, si señores, un tiempo horrible.

-Es la quinta vez que lo dices,_el azabache suspiró molesto, María y la abuelita no estaban en casa ese fin de semana, habían ido ambas a un corto viaje, a visitar a unos familiares, como tardarían cuatro días dejaron a los dos solitos.

-Keith,_dijo alargando la vocal, como cada vez que estaban a solas,_no hay nadie,_esa sonrisita pícara y boba se lo decía todo.

-No empieces, que eso no está bien,_ambos sabían que mentía, no eran hermanos de sangre, el azabache estaba en acogida, no en adopción, no era nada malo,_si tú madre nos pilla nos mata, me mata.

-No nos mata, le gustas, le caes bien,_y ahí estaba el cubano, ya sentado sobre las piernas del ojivioleta, y no, no lo aparto, que olía a vainilla y a coco, pero sin ser empalagoso, olía rico y llevaba puesto un abrigo de esos esponjosos, que era achuchable.

-No provoques,_le contesto apartando la carita sonrojado, y eso, eso derretía al más alto.

Que lo volvía loco, que esa carita perfecta y ese pelito azabache revuelto, que se lo comía ahí mismo.

-Tengo una pinta indecente, no puedo provocar a nadie,_y una mierda, que estaba guapísimo.

-Yo te aseguro que si,_y como tantas otras veces, el azabache mandó a la mierda todo, y acercó sus labios a los del contrario, un piquito inocente.

Y así empezaban siempre, con besos tontos e inocentes, acaramelados, como los novios que aún no confesaban que eran.

Pero Lance no desaprovechó esa oportunidad, enredo sus finos dedos el las hebras azabaches, maldita su suerte, era injusto que su pelo fuera así de suave sin hacerle nada.
Lo pego más a él, más si eso era posible.
Mordió su labio, que el ambiente se caldeaba.

Y se terminó, antes de que pudiera quejarse, introdujo su lengua, y empezó la guerra, silenciosa pero adictiva.
Eran dos crios enamorados.
Enamorados y con la casa para ellos.

-Eres precioso Keith Kogane,_el ojiazul tenía su frente pegada a la de su chico, recuperando el aire.

-Mira quien habla,_no iba a mentir, con esa frase tan tonta, se lo había ganado por completo, lo había sonrojado y había hecho que su corazón fuera a mil por hora.

Lance siempre lo había mejorado todo, desde que se metió en su vida, o él en la suya, no estaba seguro, pero con cada mirada hacía que temblase su mundo, y eso, no podía negarlo.

Hicieron el tonto un rato, eso incluye más besos, más caricias tontas, no iban más allá, aún no, no había prisa, pero si había ganas, ganas de descubrir y de darse cuenta de todo. Además estuvieron jugando y compitiendo a la consola, hasta que se cansaron de competir y volvieron a los mimos, que con gente en casa no era lo mismo, ahora estaban tranquilos y no con la tensión tonta.

Porque estaban muy cómodos juntos, respirando aire de la boca ajena, acurrucados en brazos que no eran los suyos, modo bolita en el sofá, porque hacía frío, y el calor ajeno gustaba.

-Suelta lapa, no seas pegajoso, por favor te lo pido,_se quejaba el azabache, que el cubano lo tenia abrazado como si fuera un peluche, pero entenderlo, con ese abrigo de pelito y el olor tan rico que tenía, no se podía resistir.

-Déjame, no mientas, a ti también te gusta estar así,_le recriminó, que estaba muy calentito y además era la cucharita grande, no quería perder eso.

-Pero quiero coger el móvil, te recuerdo que hoy suben las notas,_si señores, un sábado subir las notas, así era su profesora, exigente con ellos y exigente con ella misma.

-¿Te llegó un correo?,_preguntó y el azabache asintió,_entonces lo miramos juntos.

Ni más ni menos, si es que el ojiazul lo tenía todo controlado, todo, por tal de no soltar a su chico, que adoraba estar así.

Por supuesto bingo, notas colgadas, y buenas notas por parte de ambos, dos señores sobresalientes, que iban a pedir comida, para celebrarlo.

-Has sacado medio punto más que yo,_el cubano lo apretó un poquito, que Keith se había dado la vuelta para un pico tonto y abrazarlo, que Lance se había matado estudiando y merecía un premio por lo bien que le había salido.

-Eso no es nada, tienes una notaba,_otro besito,_estoy orgulloso de ti, ¿vale?,_más caricias y un moreno dejándose mimar y querer.

Y las horas pasaron entre una peli de fondo, con su banda sonora, sus personajes entrañables y sus cambios de luz y plano, pero no la veía nadie, no porque los adolescentes que la habían puesto se dedicaron a bajarle la voz y dormir un ratito.

-Si, si, sin lactosa,_indicaba el cubano, sin lactosa, que sino acababan en urgencias,_eso es, y una hawaiana, sin lactosa también_ante eso el azabache puso cara de asco, que no era normal ponerle fruta a una pizza.

-Te has pedido la peor de todas,_le informó, que no, que eso no podía estar rico.

-Te equivocas, vas a probarla, te va a gustar y me tendrás que dar la razón.

El pedido llegó y tras atender en la puerta, el cubano entró dentro, Keith no se acostumbraba aún a poder pedir comida, a tener comida o a que se tuviera en cuenta su intolerancia o gustos a la hora de comer, además comida tan rica, que ya había alcanzado su peso normal.

-Tiene pintada,_el cubano ayudaba a poner lo poco necesario en la mesa, pero comer comían en la mesita de cristal baja del salón, sentados en el suelo sobre un par de cojines.

-La tuya no, ¿enserio piña?,_el cubano asintió maldiciendo por quemarse, si es que era un caso,_espera algo a que se enfríe fiera.

-Ya, ya, ¿vas a comer con todo el pelo en la cara?,_el ojivioleta se encogió de hombros,_eres un caso.

Lance se levanto a buscar un coletero, con lo guapo que estaría con el pelito corto, pero no, tenía que tener melena, y cada vez más larga, y encima le quedaba bien, que a nadie le quedarían bien esas greñas, solo a él.

-Así mejor,_se sentó detrás de él y a parte de hacerle unas cuantas de cosquillas le recogió el pelo y le besó la nuca.

Comieron con una serie de fondo, por variar, pero estaban más pendientes de su conversación gastronómica que por lo que pasase en la serie, porque los dos eran así.

La pizza de piña no estaba tan mal., pero mejor estaba el cubano.

Pero siendo sinceros, lo mejor de esa noche fue el postre, que consistió en comerse a besos hasta quedarse dormidos en la misma cama.
Dándose calor.
Dándose mimo.

Si queréis continuación de esta o cualquier otra historieta, os espero en los comentarios.
Mil gracias por leer mis movidas.
Squire White 💕

Klance one-shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora