Klance one-shots

✨158✨

Continuación cap 152

En esta secuela se tratan temas serios, sobre lo que supone ser un trans y realizar un cambio de sexo, si no os gusta no lo leáis, ni comentéis, no voy a consentir nada de odio a ningún colectivo en el mis fics, podéis esperar a la siguiente actualización. u.u

Verano era sinónimo de vacaciones, vacaciones y planes, los planes de Lance incluían una operación estética, que estaba sano, no os preocupéis.

Que con 20 años ya se la podía hacer sin problemas, antes de tocar la parte de abajo de su cuerpo, quería tocar la de arriba, por recomendaciones de su doctora, un año una y  al siguiente la otra, el caso era terminar la carrera y ser un chico por completo.

Estamos hablando de una matectomía, con una técnica bastante recomendable, le iban a dejar la forma de los pectorales para que concordase con su cuerpo, por suerte las hormonas que empezó de joven y el ejercicio hicieron su trabajo, y tampoco quería una operación completa de cuerpo, su cuerpo no le desagradaba, solo la parte del pecho y lo de abajo.

-Hola precioso,_Keith había entrado por la puerta con un ramo de rosas, que Lance era un romántico.

-Keef, ¿son para mí?,_los ojitos se le iluminaron solo de verlo, que su chico era el mejor.

-Pues claro, son tus favoritas, ¿estás nervioso?,_el cubanito negó y luego asintió un poco, que algo nervioso sí que estaba,_todo saldrá bien, te esperaré fuera, con tu madre, tu padre, tu hermana y posiblemente el ataque de nervios más grande de toda mi vida,_le confesó cogiéndole la manita.

-Mi madre y mi hermana vendrán mañana, tú eres el que se queda conmigo, ¿verdad?,_el azabache asintió, que Lance había dejado en claro que a quien iba a querer las 24 horas del día a su lado era a su chico.

-En un rato te traen la cena, y tranquilo, tu madre me ha dado como cinco cacharros de comida, para ti y para mi, pero esta noche solo te van a dar manzanilla o algo así,_los ojos azules del cubano se estaban perdiendo en el perfil de Keith.

De su chico maravilloso, del chico que lo mimaba y lo consolaba, de los brazos que lo rodeaban y protegían, de esa piel clarita con sus cicatrices y suavidad, de esa melena azabache que peinaba cada vez que quería, de esa forma que tenía de amar.

Las operaciones eran caras, mucho, muchísimo, Lance había ahorrado desde los 16 años, desde que tuvo edad para trabajar y cuando le comentó la situación a su chico no se lo pensó para ayudarlo.

Que Keith se quería comprar una moto algo mejor, que usaba la que fue de su padre, luego de su hermano mayor y ahora suya, quería una de las que eran caras, pero se gastó una buena parte en ayudar a su chico a pagarse esa operación en un buen sitio.

-¿Me estás escuchando?,_le preguntó, Lance se sonrojó y negó,_oye, si no te encuentras bien sabes que hay que avisar, ¿llamo a la enfermera?,_el morenito negó rápido con la cabeza.

-Lo siento, es que, eres muy guapo y muy bueno, me distraes,_le regañó/confesó el ahora más bajito, que el cabrón de Keith en ese año había dado el puto estirón.

-Que capullo eres,_el ojivioleta estaba completamente rojo, porque esa carita sincera de Lance lo derretían, que se le hacía muy tierno.

La noche la pasaron lo más tranquila posible, Keith hizo todo lo posible para que su chico durmiera, lo mimo, le acarició la espalda, el pelito que seguía llevando corto, le dio poquitos de los cursis, de los que saben dulces como el caramelo.

La luz tenue y anaranjada del Sol los despertó, primero a Lance, luego a Keith, que le tenía que doler hasta el alma, sentado, con la cabecita apoyada el su cama y los deditos de su mano entrelazando la suya.