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ESPECIAL CUARENTENA Y 9K

Vuestro apoyo merece su recompensa, y como para la seguridad de todo lo mejor es ser responsables y guardar la cuarentena, os regalo esta AU que se me ha ocurrido.

No podía parar, no, eso significaba morir, significaba perder lo único que tenía, que era estar vivo.

Le dolían los pulmones de lo frío que estaba el aire que entraba dentro de su cuerpo, si hubiera tenido tiempo para pararse, seguro que se habría puesto a temblar, pero no podía, no cuando lo llevaba a él a sus espaldas.

Olía a sangre, a lodo y a humo, el fuego iluminaba levemente su paso, escuchaba el sonido atroz de las bombas, los fusiles y los gritos a sus espaldas, esa batalla estaba perdida, sólo habían sido carne de cañón, los habían mandado sin experiencia, eran una distracción más para el enemigo.

Una pequeña piedra que apartó de su camino, un insecto que aplastaban a la vez que arrasaban y saqueaban esa ciudad perdida en los confines de la nada.

Keith corría, corría por su vida, corría por su hermano, no sabía de dónde demonios estaba sacando la energía, sus piernas chillaban por descanso, los músculos de sus brazos le dolían como el infierno, rogando por un descanso, pero no se podía permitir ese lujo.

Un día sin más llamaron a su padre a listas, murió como un gran héroe, mientras su madre estaba de servicio, en a saber dónde, fueron a por ellos, a por ellos y a por todos los chicos y chicas de su edad, para servir a su país, les impusieron unas normas, un uniforme, les cortaron el pelo y los mandaron a la batalla, por suerte ellos llevaban años entrenando, pero la mayoría no.

Sabían que podían morir, y por ello lucharon como rebeldes, en contra del ejército galra, a pesar de llevar su uniforme.

-Shiro, ¿sigues conmigo?,_le preguntó, con aire entrecortado

-Creo que sí, ¿cómo vas tú?,_le respondió, se habían alejado bastante, pero aún no lo suficiente y necesitaban un refugio, y algo para curar el brazo de Shiro.

-Te juro que he estado mejor, pero puedo seguir, aguanta, por favor, sólo un poco más,_Keith sabía que eso era una masacre, también sabía que a esas alturas el ejército galra sabría de sus hazañas y los torturarían y matarían como a rebeldes.

Su madre les había advertido sobre esas situaciones a las que podrían llegar, así que cuando fueron a arrancarlos de su hogar, mantuvieron informado al ejército rebelde y lucharon en su nombre.

Así que si iban con los galra, los mataban y los del ejército aldeano no sabían absolutamente nada de quienes eran marmora, al menos no la mayoría.

-O-Oye Keith, he visto esa herida que tienes en el costado, no hay a dónde ir, ¿y si buscamos un buen sitio?, no creo que yo aguante mucho con el torniquete improvisado,_Shiro era realista, la muerte corría detrás y los estaba cogiendo por segundos.

-Menuda mierda de idea, no podemos rendirnos,_eso decía, pero es que ya no podía dar ningún paso, no podía su cuerpo estaba dejando de responderle,_no quiero dejarte morir,_le dijo cayendo derrotado, de rodillas, se hizo daño, pero protegió a su hermano mayor del golpe.

-Mi plan no era ser cargado después de casi desangrarme por mi hermano menor herido, se supone que tenía que protegerte, lo siento, lo siento mucho Keith,_Shiro le ayudo a moverse y ambos se colocaron más o menos escondidos, apoyados en el tronco de un árbol demasiado viejo.

Las estrellas brillaban en el cielo, se tapaban a veces con el humo y las llamas del fuego que poco a poco iba consumiendo la ciudad, pero al menos las podían ver, siempre era buena señal ver algo bonito antes de dormir.

-¿Te acuerdas de las constelaciones?,_el mayor rodeo con su brazo sano a su hermanito, a esas alturas, sin ayuda, sin recursos, solo les quedaba esperar hasta morirse.

-Más o menos, era pequeño cuando papá nos las enseño, y mamá no tenía paciencia,_el azabache mayor se echó a reír, adoraba a su hermanito, no quería que se muriera antes que él.

Shiro empezó a señalar las constelaciones, una a una, explicándole algunas cositas, acunando un poquito a Keith, y por supuesto, el menor se aferraba a él, no quería que se muriera, no quería morirse, pero tampoco les daba la vida otra opción.

-Shiro, esa estrella, ¿viene hacia nosotros?,_le preguntó, el mayor parpadeo varias veces.

-Creo que sí, o eso o ya hemos perdido mucha sangre y tenemos la misma alucinación, sabes, n-no puedo seguir con los ojos abiertos,_le confesó y notaba que su agarre era mucho más débil.

-Y-Yo tampoco, te quiero mucho, has sido el mejor  hermano mayor del mundo,_le susurró bajito, conforme esa estrella se acercaba, fue lo último que vio antes de cerrar los ojos.

-Te quiero mucho Keith, tú has sido el mejor renacuajo de todo,_ese mote tonto que tanto odiaba, le sonaba ahora gracioso y hasta dulce.

Después de ese destello de luz todo se volvió oscuridad, oscuridad y gritos, apenas se notaron flotar en mitad de un caos de voces, de luces que se movían bajo sus párpados demasiado cansados como para volver a abrirse.

El sonido de algunas máquinas taladraban en sus cabezas, con unos extraños pitiditos.
Olores que los mareaban y arrastraban sus mentes.
Después de eso, solo existió la calma.

Si queréis continuación de esta o cualquier otra historieta, os espero en los comentarios.
Mil gracias por leer mis movidas.
Aka 💕

Klance one-shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora