CAPITULO XXXI - En medio de dos Gorilas Dominantes

4K 240 39
                                    

Misaki estaba sentado en aquella lujosa limosina con Asami al lado y Todo al frente, tenía los brazos cruzados, el rostro rojo y sus mejillas infladas de lo enfadado que estaba. Una vez que terminó de ducharse se encontró con más percheros llenos de ropa, ahora que las mujeres que trabajaban en las tiendas del hotel vieron de quien se trataba, pudieron adivinar fácilmente su talla. Pronto estuvo probándose ropa de todo tipo, como si fuera el muñeco Ken mientras una niña insistía en cambiarle la ropa una y otra vez.

En ese asunto no tenía ni voz ni voto. A Asami se le metió en la cabeza que toda su ropa se la había regalado Akihiko y se empeñó en que no podía usarla. ¿Qué sucedió? Simple, le dio dos opciones: primero, tiraba toda la ropa vieja por voluntad propia; segundo, él iría en la tarde a hacer una hoguera con todo y no se fijaría en que era arrojado en al fuegog.

Lo peor de todo es que cuando llegó Kirishima en lugar de apoyarlo se ofreció a ir él mismo a sacar toda su ropa, por supuesto para evitarle esfuerzos físicos, ¡ni siquiera dejarían su ropa interior intacta! Solo de imaginar a ese elegante hombre tomando sus calzoncillos lo hacía ponerse verde de rabia. ¡Eso era algo privado! Esperaba tener toda su ropa limpia o no habría hoyo en la tierra lo suficientemente profundo para esconderse.

Ambos estaban hablando sobre la siguiente colección que las mujeres estaban mostrando decidiendo si le quedaría bien a Misaki, éste los observaba cada vez más molesto e impotente. En medio de esos dos se sentía completamente oprimido. Eran un par de gorilas dominantes que les encantaba rugir y golpear el pecho para mostrar quien mandaba más y asustar a los pobres, lindos y tiernos monitos como él.

En el momento en que comenzaron a sacar calzoncillos calvin Klein, hugo boss y otras marcas, Misaki simplemente salió corriendo a esconderse en el baño, estaba demasiado avergonzado. Fue una fortuna que nadie vio su rostro cuando Asami preguntó desde el otro lado de la puerta si le gustaba su ropa interior con dibujitos o ya estaba grandecito para usar colores de hombre adulto.

¡Era un descarado arrogante! ¿Cómo se atrevía?

Sin dudarlo le gritó que ya tenía 22 años y que por supuesto usaba ropa para adultos. Luego, cuando nadie más veía, le hizo ojitos a Kirishima para que no hablara de su ropa interior con aquel prepotente engreído. La risa del mayor demostró que comprendía toda la situación. Misaki tenía calzoncillos con caricaturas y no quería reconocerlo ante Asami.

—pfffff —Misaki resopló al recordar todo lo sucedido en ese cuarto de hotel. Su enojo no había bajado ni un solo grado desde que salieron del hotel. Ahora, allí sentado con ropa nueva que se le ajustaba perfectamente, al lado de un hombre que se creía dueño de él, no pudo evitar pensar en que debía escapar... el problema era que no quería hacerlo.

Asami se giró para mirarlo mientras seguía hablando por teléfono. Estaba riéndose una y otra vez por todas las monerías que hacia aquel pequeño para mostrar su enfado. Mientras Kirishima y él decidían que ropa se pondría, el mocoso no dejaba de explicarles una y otra vez que debían ahorrar para su vejez, les lanzó el discurso de la economía cambiante y que no debía gastar tanto en un empleado recién contratado.

Su mano derecha y él lo escucharon pacientemente, justo cuando el joven estaba seguro de que estaba consiguiendo algo, ambos le estregaron sus títulos en la cara dejándole claro que un magister en economía seguramente sabría cómo usar sus propios recursos. Al final, no tuvo más remedio que aceptar su destino, pues eran dos contra uno.

—¿Sigues enfadado por preguntarte sobre tu ropa interior? —el brillo en esos penetrantes ojos dorados dejaba claro que preguntaba solo para hacerlo enojar de nuevo.

—¡No era necesario preguntar eso! como puedes ver ¡soy un adulto responsable!

—En realidad no aparentas ni 18. Tu rostro se ve muy joven y eres tan bajo como un niño...

CAMINOS CRUZADOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora