CAMINOS CRUZADOS

CAPITULO LXXVII - Enfrentamiento entre Asami y Akihiko

Asami entró al elevador como si se lo llevara el diablo. Estaba furioso y golpeaba todo lo que había a su alrededor, cuando las puertas se abrieron de nuevo, los guardias se asomaron para ver a su jefe jugando al King boxing con uno de los lados del ascensor. Nadie se atrevió a pronunciar una sola palabra, simplemente esperaron a que su jefe se calmara y rogaban porque no le diera por desquitarse con ellos.

Igual o más furioso que antes, se fue directo a su departamento caminando de un lado para otro una vez que estuvo dentro, era incapaz de recobrar el control de sus acciones, sintiendo como si una corriente eléctrica lo recorriera por completo impidiéndole quedarse quieto aunque fuera por un segundo. Nunca nadie había logrado afectarlo de esta manera. Si, hubo momentos de enfado y desengaño, pero siempre mantuvo su compostura y tomó las decisiones con mente fría. Ahora su cerebro era una maraña de pensamientos que lo enloquecían lentamente.

Misaki estaba en todos y cada uno de sus pensamientos. Lo imaginaba con su ex abrazado mientras lo besaba amorosamente. Le dijo que fue un solo beso pero ¿Qué sucedió durante todas esas horas? No, algo más tuvo que pasar entre ellos y esa duda era lo que estaba acabando con la poca razón que le quedaba.

Se sirvió un vaso con whiskey lleno a rebosar y se bebió más de la mitad de una sola vez. Si no lograba tranquilizarse al menos esperaba quedar noqueado por el alcohol. Mientras miraba el líquido amarillo pensó que era demasiado cruel que sus dos amantes lo engañaran con el mimo hombre. Las imágenes de aquel video en ese privado, donde Takaba se sentaba sobre el escritor para hacerle el amor perforaron su mente. Era como si estuviera escuchando los gemidos de placer y viera ese rostro de éxtasis al ser tomado por otro hombre que no era él.

Aquella vez fue tremendamente doloroso y sin embargo fue capaz de pensar en qué camino tomar de ahí en adelante. Su corazón estaba roto pero logró mantener las piezas destrozadas en su lugar, su cerebro nunca dejó de funcionar y por ello tomó la decisión de dejarlo después de analizar todas sus opciones.

Ahora se estaba muriendo aunque su corazón siguiera latiendo y hace mucho tiempo dejó de ser un ser racional.

La imagen mental de hace un momento cambió y ya no era Takaba quien saltaba extasiado sobre el miembro de Akihiko, el rostro fue cambiado por el de Misaki, entregándose con pasión a su ex...

Su pecho dolió increíblemente fuerte, su respiración se atoró en su garganta y un temblor hizo que se estremeciera por completo. Demasiado celoso como para pensar en nada más que en matar algo, lanzó el vaso contra la pared haciéndolo añicos.

¡Duele demasiado!

Se enfocó en intentar respirar de nuevo sentándose en el sofá mientras se quitaba la corbata. Se estaba ahogando y el desgarro en el pecho parecía aumentar con cada latido. Algo en su interior deseaba explotar pero no encontraba la salida, haciendo que no encontrara paz sin importar lo que hiciera, después de un rato de desasosiego, cerró los ojos fuertemente y entonces un pequeño milagro sucedió, sus emociones encontraron la forma de expresar la terrible decepción y tristeza que lo estaba carcomiendo por dentro, liberándolo un poco de la presión que iba a reventar dentro de su pecho.

Asami sintió algo extraño en su mejilla derecha, cuando llevó su mano allí descubrió una humedad desconocida... una lagrima estaba rodando para demostrar lo mucho que fue herido. ¿Alguna vez amó tanto? No estaba seguro.

Miró sus dedos mojados con el líquido salado, los frotó como para asegurarse de que era cierto lo que estaba sucediendo, pero no había modo de negarlo pues era palpable y real. Él, quien nunca supo lo que era llorar por más difícil que fueran las cosas, ahora lo hacía por un pequeño ojiverde que llegó para destrozar su mundo, sus defensas de hielo se derritieron sin que se diera cuenta y su corazón se ablandó tanto que era lastimado con el mínimo rasguño.