EXTRA 1 - Una noche muy familiar (Haruhiko y la torre)

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La torre estacionó el auto fuera de las enormes rejas de hierro fundido. Eran negras, pesadas y muy lujosas, dignas de una enorme mansión tan costosa como la que estaba muy adentro de ellas. La seguridad era buena... lástima que no fuera suficiente para detener a alguien como él.

Salió de su costoso auto para disparar un par de dardos tranquilizantes a los vigilantes apostados justo en la puerta. Según los informes recibidos, su presa saldría esta noche para tener una tranquila, romántica y amena cena con una mujer que bien podría convertirse en su esposa. Era una joven hermosa perteneciente a una de las familias más poderosas del país, por lo que ambos linajes esperaban crear fuertes lazos comerciales a través de un matrimonio que los uniera.

Todo sonaba muy bien y acorde con las normas que regían a aquellos individuos llenos de dinero y poder... sin embargo, ese matrimonio no podía darse.

La torre entrecerró los ojos al ver las farolas de un par de autos que se acercaban a la entrada. Las rejas comenzaron a moverse lenta e inexorablemente para darles paso. La torre se puso en frente del primer auto donde iban los guardaespaldas de aquel poderoso hombre, cuando salieron con armas en la mano recibieron su propia dosis de tranquilizantes, no pudieron hacer nada más que caer al suelo pesadamente mientras babeaban como recién nacidos.

Con gran velocidad se movió hacia el coche de atrás el cual permanecía con las puertas firmemente cerradas. Nadie parecía moverse en el interior y mucho menos intentar salir.

Maricones, se les moja el pantalón con solo pensar en salir y pelear como hombres.

La torre gruño sin detenerse hasta quedar de pie en la ventana de la parte trasera de la limusina, mirando fijamente el vidrio oscuro que ocultaba a su ocupante. Al ver que no había ningún movimiento, sonrió siniestra y amenazadoramente antes de hablar fuerte y claro.

―O sales o le prendo fuego a esta mierda.

No hubo respuesta por un largo rato. La torre ya estaba considerando ir por gasolina a su auto para cumplir con su palabra cuando la puerta se abrió lentamente. El pasajero no salió sino que se quedó sentado donde estaba, su mirada furiosa mostraba claramente que lo único que deseaba era aplastar a aquel insecto que le incomodaba.

Bien, ese insecto era demasiado grande y fuerte como para luchar contra él.

―¿En verdad pensaste que te ibas a salir con la tuya? ―la torre sonrió cínicamente haciendo que su oponente se ofuscara todavía más.

―Ya tuvimos esta conversación y no voy a cambiar de opinión. Deja de molestar y retírate.

¡Ohhh! El tipo tenia los huevos bien puestos al hablarle así sin siquiera temblarle la voz. Muy bien, ¡él iba a demostrarle quien mandaba!

―Bájate ―la torre ordenó.

―No ―el hombre le respondió con una ceja enarcada.

―Con que muy machito ¿no? ¡Ahora vas a ver!

La torre no le dio tiempo para nada, lo tomó por su brazo derecho sacándolo de su limusina y arrastrándolo hacia su propio auto. Uno de los guardias del hombre salió por fin del auto decidido a detener a la torre, pero recibió un golpe tan fuerte que le partió la mandíbula y lo dejo inconsciente sobre el pavimento.

―¡No se expongan más! ―gritó a sus propios guardias para evitar una masacre, era evidente que aquel neandertal estaba furioso y con sed de sangre.

La torre abrió la puerta del pasajero donde empujó a su víctima antes de ir al lado del conductor y arrancar el motor para salir de allí a toda velocidad.

CAMINOS CRUZADOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora