CAPITULO XX - Celos

2.6K 193 28
                                    

Las clases de ese día terminaron y el grupo creado para participar en el festival universitario se reunió cerca de las canchas para asegurarse de que no les faltaba nada.

Para cuando Takaba llegó ya estaban todos y sólo lo esperaban a él para comenzar. Luego de un saludo rápido, comenzaron a nombrar los puntos de una lista de pendientes y los encargados de realizar cada labor respondían como iban o si necesitaban ayuda con algo. Al final, todos estaban muy satisfechos con los resultados y comenzaron a reír y bromear sobre asuntos triviales. Todos estaban muy alegres menos uno: Takaba.

Misaki estaba extremadamente sonriente y eso solo empeoraba el humor del rubio. Intentó con todas sus fuerzas fingir y parecer que estaba como siempre pero no podía, verle esa estúpida mirada brillante lo enfermaba y lo único que se le ocurría era golpearlo para que se le quitara esa cara de estúpido.

—Misaki, hiciste un trabajo increíble, no sé cómo pudiste con todas tus responsabilidades —dijo un miembro del grupo.

—Gracias, pero lo hicimos todos.

—En serio Misaki-san —habló alguien más—. No sé cómo haces rendir tu tiempo y además tienes tiempo para el amor.

—¿Misaki tiene novia? —la mayoría preguntó casi al mismo tiempo.

—Nov...¿ novia? —el pobre Misaki tartamudeaba con el rostro rojo.

—Sí, miren esa marca en el cuello —la chica señaló su cuello con un delgado y muy cuidado dedo.

Inmediatamente todos los cuellos se estiraron y comenzaron a ver una muy clara marca sonrojada que pudo haber sido hecha sólo por otra boca. Misaki inmediatamente se cubrió con una mano mientras su rostro se tornaba rojo brillante, en verdad no sabía que decir.

—¡Que envidia!

—Quiero una novia.

—¿Cuándo la presentas?

—¿Estudia aquí en la universidad?

Todos atormentaban al menor con insistentes preguntas mientras éste solo sonreía torpemente y se cubría insistentemente. La escena era muy divertida.

Takaba por su parte echaba humo. Esa marca era demasiado reciente, lo que indicaba que Akihiko continuó con su vida normal de pareja como si nada hubiese pasado entre ellos. La rabia lo carcomía por dentro y fue demasiado difícil contenerse para decir algo indebido, en medio de una de las bromas sobre lo afortunado que era Misaki no pudo hacer más que bufar bajo.

—¿Te pasa algo, Takaba? —le preguntó alguien que estaba a su lado.

—Solo recordé que tengo que hacer algo —sonrió tratando de disimular.

—Misaki, ¿necesitas ayuda para comprar los suministros para la preparación de la comida? Ayer acompañé a Takaba para comprar su parte ya que no viniste a estudiar.

—No te preocupes, de hecho ya vienen a recogerme para ir a la tienda y hacer mis compras.

Takaba miró con odio sabiendo muy bien quien sería esa persona. ¡Maldita sea! ¡Como deseaba borrarle esa sonrisa de esa cara!

—Está bien, entonces nos vemos mañana, nosotros vamos a ir a armar la tienda de una vez o no lo lograremos.

—Hasta mañana.

Se despidieron tomando cada quien su camino dependiendo de lo que tenían para hacer. Misaki no perdió tiempo y se alejó caminando rápidamente hacia la salida de la universidad. Takaba avanzaba lentamente viendo cómo Misaki se alejaba cada vez más. En verdad esperaba que para cuando el llegara a la salida la parejita feliz ya se hubiera ido del lugar.

CAMINOS CRUZADOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora