CAPITULO XXXII - Sospechas

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Akihiko se pasó toda la mañana trabajando aunque no avanzó mucho, constantemente se distraía pensando en Misaki y con quien se estaba quedando. Era inevitable que los celos lo invadieran haciéndolo casi perder la razón. Él fue el primer hombre en todo sentido para el menor, era imposible pensar que alguien más lo tocaría, lo besaría, le haría el amor hasta que las lágrimas se derramaran por sus mejillas.

Tortuosas imágenes lo atormentaban una y otra vez dejándolo sin aliento. ¿Cómo soportar ver a Misaki con otro? se sentía completamente atrapado y perdido. Fue él quien decidió quedarse con Takaba, no buscar más a su ex y dejarlo libre, ¿acaso pensaba que el otro se quedaría siempre esperándolo? Tal vez no, pero no esperaba que corriera a los brazos de ese maldito mangaka.

El escritor decidió salir de su departamento cuando sintió que las paredes le caerían encima. Necesitaba con urgencia encontrar al menor para que le dijera que no estaba con nadie, que seguía siendo suyo y de nadie más.

Llegó temprano a la editorial pero no le importaba, estaba decidido a sentarse al lado del jefe de Misaki y esperarlo el tiempo que fuera necesario. Tampoco le importaba si eso molestaba a alguien. Estaba caminando con determinación cuando Isaka lo llamó sorprendido.

—¿Akihiko? ¿Qué haces aquí? ¿Teníamos alguna cita? —Isaka intentaba recordar, siempre estaba atento a cualquier cosa que el escritor tuviera que hacer en la editorial porque casi siempre y por lo general, debía utilizar cualquier método creativo para obligarlo.

—No, vine aquí para buscar a Misaki.

—¿En serio? —Isaka sonrió alegre—. ¿Te quieres reconciliar con él?

—No, ya te dije que estoy con Takaba.

—¿Entonces para qué demonios lo buscas? ¡Déjalo en paz!
Akihiko lo miró sorprendido por un momento, luego se enfadó por entrometerse en sus asuntos. Si él quería hablar con Misaki, eso haría.

—Lo que haga o no con Misaki es asunto mío. No te metas Isaka.

—¿En serio? ¿Lo dejaste y quieres seguir jodiendo? El merece olvidarte y enamorarse de nuevo

—¡Tú lo que quieres es que Misaki se enrede con ese Mangaca de Ijuuin! Pero te digo de una vez que no lo voy a permitir ¡Misaki es mío!

—No —Isaka sonrió molesto. Por culpa de este cretino perdió un buen empleado que podía usar de muchas maneras beneficiosas, así que no tenía paciencia para ser delicado con lo que le decía a este pedazo de tarado—. Takaba es tuyo, dejaste libre a Misaki para aceptar a quien se le antoje, no sé si será Ijuuin o alguien más... ponte los pantalones y deja de ser tan infantil Akihiko. Hiciste tu elección, ahora sufre las consecuencias.

—¡Nunca vuelvas a decir algo así! ¡Misaki no estará con nadie más! ahora mismo hablaré con él y...

—Pues tendrás que hacerlo en otro lado —Isaka interrumpió con una sonrisa burlona.

—¿Vas a echarme de la editorial? No te conviene.

—No es eso, simplemente chibi tan ya no trabaja aquí.

—¿Qué? —Akihiko sintió que se le hundía el piso.

—Lo que oíste, renunció ayer, por eso fui a tu departamento para intentar convencerlo de regresar, pero descubrí tenías en la cama a alguien más.

—Eso no puede ser...

—Tengo curiosidad, ¿Cuánto tiempo engañaste a Misaki? Porque estoy seguro que un día antes de la feria seguían viviendo juntos porque hablé con él por teléfono. ¿Fuiste tan perro para engañarlo con ese... ese rubio? —mejor no decir lo que pensaba era ese tal Takaba.

CAMINOS CRUZADOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora