Haruhiko esperaba a un lado de la carretera. Sus golpes no habían sanado todavía por lo que su aspecto era lamentable. Se sentó sobre una piedra esperando por algo más de una hora, siempre pensando en lo que su padre intentó hacerle a Misaki. ¡No podía perdonarlo! Era imposible para él pensar en la muerte de aquel joven que lo cautivó desde el inicio con su preciosa sonrisa y su innata amabilidad.
No sabía realmente en cómo hacer para averiguar los planes de su padre, era obvio que siempre lo mantuvo al margen de sus negocios sucios, pero necesitaba pensar en un plan y pronto. Si de algo estaba seguro, es que cuando a su padre se le metía algo en la cabeza no se detenía hasta obtener lo que deseaba.
Una hilera de autos negros comenzó a acercarse a lo lejos, dado que no tenía sus lentes le fue imposible reconocer si eran de su familia o no, fue solo hasta que se detuvieron frente a él y escuchó a su padre llamarlo con ansiedad que se dio cuenta que fue realmente encontrado.
El hombre mayor llegó a su lado para sujetarlo por ambos hombros, observando el notable daño que recibió durante todos estos días de encierro. Estaba flaco, con moratones en todo su cuerpo, sus labios partidos y el ojo izquierdo aun no abría del todo... pese a su deteriorado estado, se encontraba mucho mejor que hace unos días, fue como si alguien hubiese dado la orden de no golpearlo más lo que le evitó una muerte muy dolorosa y lenta.
Haruhiko observó a su padre sin mostrar ningún cambio en su rostro. No deseaba exponerse y revelar que en ese momento lo aborrecía por intentar lastimar a quien amó durante años.
—Esos infelices te trataron tan mal...
—Pudo ser peor.
—¿Reconociste a alguien?
—No.
—¿Por qué te liberaron? No pidieron rescate ni hicieron ninguna exigencia.
—Cuando pensaron que estaba desmayado, los escuché hablar sobre un proyecto que les arranqué de las manos. Deseaban vengarse de mí.
—¿Qué proyecto?
—No tengo idea.
—Con esa información pudo ser cualquiera.
—Así es. Vamos a casa, necesito dormir y darme un buen baño.
—Es mejor si te llevo a la clínica y...
—No.
—Pero puedes tener heridas internas.
—Voy a estar bien, solo necesito descansar.
Haruhiko se alejó de su padre para subirse al auto sin darle un abrazo ni ninguna muestra de alegría por el reencuentro, aunque eso no era extraño, los Usami no eran conocidos por ser una familia amorosa.
No era mentira lo que le dijo y no lo hizo únicamente por alejarse de aquel hombre, en verdad estaba tan agotado que apenas si podía sostenerse en pie. Además seguro olía a zorrillo luego de pasar semanas sin conocer el agua. ¡El mismo se daba asco!
Su padre siguió bombardeándolo con preguntas durante gran parte del trayecto, pero Haruhiko siempre afirmó no tener idea sobre la identidad de sus captores. Al final decidió fingir estar dormido para evitar caer en alguna inconsistencia. Necesitaba tener su cerebro despejado para mantener su mentira y de ese modo ayudar a mantener a salvo a Misaki.
Tan pronto llegó a la mansión Usami, se metió en la bañera por una hora entera. Comió como si nunca lo hubiese hecho en la vida y después se dejó morir en su cama por más de un día con su noche. Una vez que descansara y se recuperara de sus heridas, vería la manera de infiltrarse en los asuntos oscuros de su familia, mientras tanto se dedicó únicamente a sanar y convencer a su corazón de que no existía esperanza con su eterno amor.
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CAMINOS CRUZADOS
FanfictionAsami Ryūichi es un poderoso empresario y yakuza de Japón. Un hombre dominante acostumbrado a nunca recibir un no como respuesta. Tiene una relación con Takaba Akihito , un rebelde fotógrafo siempre en busca de una primicia. Por otra parte, Usam...