¡Va a matarme esa noche!
Pese al intenso peligro que Misaki corría en esos momentos, no mostró su miedo y lejos de intentar escapar, miraba fijo a la muerte y le sonreía mientras le decía.
—Asami... tienes mucha ropa.
—¿Impaciente? —Asami se rio contra su oreja y golpeó su erección de nuevo contra las nalgas del pequeño... deseaba enterrarse profundamente en ese lugar no importaba si quedaba invalido al día siguiente.
—Un poco... vas a hacer que me corra entre los pantalones antes de...
—No te preocupes. Voy a cogerte tantas veces que vas a quedar seco de correrte.
—Si... por favor —esa frase salió en un gemido completamente obsceno.
El mayor ante tal provocación reaccionó caminando hacia el interior del barco con intenciones de llevarlo al cuarto, pero no pudo llegar muy lejos porque el condenado mocoso a pesar de estar colgado en el aire se las arregló para moverse sobre su erección, así que lo estampó contra uno de los paneles de vidrio y se movió contra aquel traserito como si ya se lo estuviera cogiendo. Misaki se veía como un mosco que acaba de estrellarse contra el parabrisas de un auto... completamente aplastado y los ojos saltones del susto.
¿Quién lo mandaba a tentar a aquel animal salvaje?
—No imaginas las ganas que te tengo. Misaki, no puedo garantizar que puedas caminar una vez que termine contigo —ese susurró tan cerca de su oído envió escalofríos por todo su cuerpo.
Debería estar asustado. Retractarse e intentar salir corriendo, a esas alturas era más seguro saltar por la borda e intentar nadar hasta Tokio que quedarse allí a merced de aquella bestia. El problema estaba en que Misaki estaba más que ansioso por quedarse invalido si era necesario, después de todo existían las sillas de ruedas... en verdad estoy enfermo por pensar así.
—Dame todo lo que tengas...
Sabía que se arrepentiría mañana, pero en ese momento su pene latía por el deseo y su cuerpo pedía a gritos que lo penetrara. Escuchó el fuerte gruñido enfurecido del mayor antes de ser liberado y puesto sobre el suelo.
—Vamos, al menos mereces una cama la primera vez que estemos juntos.
Tan pronto el calor de Asami se alejó sintió que el frío se apoderaba de su cuerpo hasta hacerlo temblar, pese a que apenas podía pensar o caminar gracias a su dura erección, logró moverse junto con su amante que lo guiaba a lo largo del barco hasta llegar a unas enormes puertas de madera dobles con tallados bellamente elaborados.
Entraron a una especie de sala más pequeña y privada, luego atravesaron otra puerta que conducía hacia una habitación llena de velas y pétalos, todo estaba tan hermosamente decorado que Misaki quedó completamente deslumbrado.
—Esto es precioso.
—Sé que es cliché, pero pensé que te gustaría.
—Me encanta... Asami —se giró para verlo a los ojos y luego se lanzó a sus brazos—. Recordaré esta noche hasta que muera.
—Apenas comenzamos... dímelo mañana.
Asami cargó a Misaki quien de inmediato se aferró al cuerpo más grande envolviéndolo con sus piernas, solo tomó unos pasos más hasta llegar a la cama donde lo acostó sobre su espalda para continuar besándolo. Se acomodó sobre él aplastándolo con su peso pero no escuchó ninguna queja, por el contrario, se aferraba a él con fiereza y pasión impidiendo cualquier movimiento para alejarse.
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CAMINOS CRUZADOS
FanfictionAsami Ryūichi es un poderoso empresario y yakuza de Japón. Un hombre dominante acostumbrado a nunca recibir un no como respuesta. Tiene una relación con Takaba Akihito , un rebelde fotógrafo siempre en busca de una primicia. Por otra parte, Usam...