Capítulo 74

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Venus caminaba acelerada por el pasillo de la institución. Sentía un cúmulo tan grande de sentimientos que estaba desbordada. Quería que terminase todo eso, pero no deseaba volver a casa y compartir ese espacio de Damián.

El trayecto al colegio habia sido tenso. Lucía había tratado sin éxito de averiguar qué pasaba. Y nada más llegar al parking ambos se había bajado a toda prisa y habían entrado sin mediar palabra, dejando a la joven de cabello cobrizo con verdadera curiosidad de saber qué había ocurrido.

En ese instante tenía un rato libre, no mucho, pero el suficiente para echar a andar y alejarse de todo. No quería hablar con nadie. No podía porque sabía que si empezaba a hacerlo ya no podría parar y todo saldría a la luz haciendo que ese dolor fuese aún más intenso. Más real.

Caminó con la vista en el suelo unos metros más hasta que vio a Alejo que iba en su dirección.

No pudo evitar sonreir al verlo con el uniforme. Esataba guapo con el, pero no era para nada su estilo. Siempre llevaba las mangas de la camisa remangadas y el blazer algo arrugado y remangado también. Se notaba que no se sentía cómodo con ese tipo de prendas.

Caminó hacia él esperando a que este dijese algo, pero no lo hizo. Cuando estuvieron a la misma altura ella le miró curiosa, pero él decidió pasar de largo.

Venus sabía que se lo merecía. Y quizá lo mejor era dejarlo estar, pero por una vez quería ser valiente y aceptar las consecuencias de sus actos.

—Espera, por favor —pidió ella agarrandole del brazo.

Alejo la miró sin que Venus pudiese descifrar en qué pensaba.

—Te debo una explicación —comenzó ella.

—Me debes muchas explicaciones —interrumpió él.

El tono arisco de él solo complicaba que Venus pudiese sincerarse con él.

—Alejo, siento haber comenzado algo que...

La cara de Alejo fue asomando sorpresa conforme ella hablaba.

—¿Crees que estoy enfadado por no habernos acostado? —preguntó incrédulo.

Venus tragó saliva.

—¿En serio crees que eso es lo que me enfada? —Estaba ofendido—. No, Venus, me debes mil explicaciones —Le había llamado Venus. No era buena señal—, pero no es por eso —Tomó aire—. Me jodió que te fueses, sí, no te lo voy a negar, pero no puedo enfadarme por eso.

Venus se mordió el labio inferior pensativa. 

—¿No tienes ni idea de qué es lo que me molesta, no? —preguntó él algo dolido.

Venus se sintió mal. En verdad no lo sabía. Alejo siempre había estado ahí para hacerla sonreír, pero ella no se lo había correspondido de la misma manera. Y siendo sincera, no se había dado la oportunidad de conocerlo de verdad. Apenas sabía cosas sobre él. 

Alejo cogió aire y negó con la cabeza.

—¿Por qué viniste ayer?

Venus se quedó en silencio sin saber muy bien qué responder.

—¿Por qué me pediste salir si no era lo que querías?

Silencio de nuevo.

Venus lo miró a los ojos. Sabía que el chico se merecía una explicación. Se merecía toda la verdad. Bueno, podía omitir la parte de que Damián era el chico misterioso, pero el resto sí que tenía derecho a saberlo.

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