Capítulo 63

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Me gusta despertar temprano, siento que el día dura más tiempo y hoy tengo muchas cosas que hacer. He decidido anoche mientras intentaba dormir que no le iba a escribir a nadie, me voy a presentar en la empresa y dare mi renuncia.

Necesito con urgencia salir de aquí o me volveré loca con tanta grandeza a mi alrededor.

A diferencia de ayer, hoy me quiero tomar el tiempo de elegir lo que usaré. Creo que me ha inspirado ver los atuendos de todas ayer. Me da igual no estar como ellas, pero si tengo la ropa y me gusta, ¿Por qué seguir usando el mismo estilo?

Hace un poco de calor, así que supongo que usar algo fresco es lo ideal. Pero no quiero ir por la vida pareciendo una fulana. Busco busco y busco entre tantas cosas para encontrar algo ideal.

Esta todo ordenador por secciones, lo que me facilita la búsqueda, pero como algo normal en mi, convino lo primero que encuentro y no me preocupo en arreglarme más. Me limito a salir un una falda de cuero, botines negros y una camisa blanca que no recuerdo haber comprado.

Por suerte me encuentro con Jessie en el camino a la cocina, ella va muy elegante, demasiado para lo que le ojos están acostumbrados a ver.

— Hola Jessie, te estaba buscando — saludo un poco nerviosa. No la conozco, no sé cómo se tome lo que le voy a pedir, además no estoy acostumbrada a pedir permiso y es incómodo.

— Hola cariño, dime qué necesitas — responde amable mientras camina a mi lado hasta la cocina.

— Tengo que ir hasta mi antiguo trabajo, eh todo fue tan rápido que no pude siquiera avisar que renunciaba. ¿Puedo ir?

— Pequeña no tienes que pedirme permiso, ya eres grande, y no eres una prisionera. Puedes ir a dónde quieras con tal de que vayas con tu escolta en todo momento — vaya, que alivio —. Por cierto, ayer Nico se olvidó de tomar sus documentos, supongo que el móvil lo cegó por completo.

Entramos en la cocina y Nora nos recibe con una sonrisa, le entrega a Jessie un plato con tostadas y huevos y a mi una canasta con manzanas.

— Aquí están tus documentos, identificación, tarjeta de crédito, todo lo que necesitas tener — me entrega un sobre y yo lo tomo.

— Disculpa Nora, me puedes hacer una ensalada de frutas? — pido apenada ya que ella me entrego la canasta con todo su cariño.

— No se preocupe señorita, con gusto se la preparo. Me alegra que coma algo más que una sola manzana — dice por lo bajo, pero aún así la oímos.

— Nora... — el tono de Jessie da escalofríos, pero a la señora no le intimida, simplemente le sonríe —. Qué tal te lo pasas hasta ahora?

— Me gusta, asusta un poco, pero me gusta — creo que ya no veo a Jessie como una enemiga, a fin de cuentas no es su culpa lo que pasaba en mi vida.

— Eso me alegra mucho. Yo me tengo que ir, vuelvo por la tarde. Que te diviertas — se despide justo al terminar su desayuno, mientras yo sigo disfrutando del mío.

— Muchas gracias Nora, te ha quedado divino — me siento mal por lo de las manzanas y no quiero ser así.

— No exagere señorita, solo fue cortar frutas y ponerlas en un plato.

— No es cierto. Hay que saber elegir las frutas, y sabe cortarlas — en el orfanato lo hacían horrible.

— Será que me puede decir su menú favorito? El chef quiere saber la comida que prefiere y la que no para adaptarse.

— Dile al chef que quiero que me sorprenda. Solo digo que no me gusta comer mucho, de hecho como por obligación. Así que con tal de que sea poco, puede hacerme cualquier cosa.

Mejor vida (II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora