Capítulo 81

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Por fin nos vamos. Debo admitir que no dormí casi nada. Entre la sesión de fotos sorpresa de ayer y los nervios que tengo de ir de viaje por mi cumpleaños, descansé lo mínimo.

Anoche dejé todo preparado para no tener que sufrir ahora, y menos mal lo hice porque ahora mismo no quiero moverme de la cama.

Pero me obliga a levantarme una pequeña bebe que entra sin permiso para obligarme a salir de mi cama.

— Vamos Cami que nos tenemos que ir — se queja intentando levantarme con la poca fuerza que tiene por su tamaño.

— Estoy despierta bebé, pero no quiero levantarme todavía.

— Mami te va a regañar, me dijo que salíamos temprano y mira, ya es temprano.

— Aún queda tiempo, ven, acuéstate aquí conmigo — desde hace mucho no duerme conmigo, y aunque lo agradezco porque es incómodo, echo de menos esa parte de nosotras.

Elevo  la cobija para que ella entre y se arrope junto a mi. Está encantada de acostarse un poco más. Le abrazo y ella se acurruca en mi pecho como siempre. Me gusta acariciar su cabello ondulado y suave mientras todo está en silencio.

— Estás emocionada por qué vas a cumplir años?— pregunta en voz baja muy curiosa.

— No mucho, o bueno sí, imaginaba que iba a ser diferente.

— Todos estamos muy emocionados, te queremos mucho — la inocencia con la que habla me derrite.

— Yo también pequeña, yo también.

Me armo de valor y me levanto por fin de la cama. Ella se queja porque estaba cómoda, pero ya no puedo seguir perdiendo tiempo.

— Me voy a duchar, me esperas? — le pregunto desde la puerta del baño y ella asiente con la cabeza mientras sigue acostada en mi cama.

No me molesto en extenderme en mi baño, me queda poco tiempo y si bajo tarde me cortan la cabeza. Además, creo que no es necesario porque seguro que cuando lleguemos iré directo a darme un baño relajante.

Nunca he viajado en avión, o eso creo. Quizá cuando era niña mis padres me llevaron de viaje, pero no lo tengo claro.

— Cami, mami está preguntando por ti — entra mi pequeña bebe al baño e interrumpe mi relajante ducha.

— Dile que ya voy bebé, dame unos minutos —sale corriendo del baño y supongo que hace lo que le pido.

Me pongo la ropa que deje preparada ayer, según me dijeron no tarda mucho el vuelo, pero igual quiero ir cómoda.

Estoy nerviosa, mis manos tiemblan y siento la necesidad de saber cómo se siente estar sobre el cielo y llegar a un sitio más rápido de lo que te imaginas.

Saco las maletas del armario y salgo con ellas para bajar antes de que Jessie me mate por tardar tanto.

Me encuentro en el camino con un par de escoltas que de inmediato se encargan de mi equipaje, aunque me quejo y no quiero que lo hagan, no me obedecen y se lo llevan.

— Tengo dos manos, puedo llevarlas yo!

— No se preocupe señorita, nosotros nos encargamos — esa es su limitada respuesta, y prefiero ignorarlo.

Estoy feliz, emocionada y nerviosa. No me voy a frustrar por un simple equipaje, eso da igual.

Bajo corriendo porque quiero beber un batido antes de irme, y conociendo a Jessie, en nada saldremos de casa.

Todos estamos eufóricos, incluso Nicolás que casi siempre está indiferente tiene una alegría inusual en su rostro.

— Un batido niña Camila? — pregunta Marie al verme entrar en la cocina, en donde solo están mis hermanos comiendo algo.

Mejor vida (II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora