Capítulo 112

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Mañana se cumple un año más del aniversario de muerte de papá y para mi sorpresa no me duele como antes, solo siento esa nostalgia y extrañeza de que todo ha cambiado tanto desde entonces.

Antes me cuestionaba si estarían orgullosos de mi o no, la mayoría del tiempo la conclusión era que no. Pero ahora mismo siento que no importa tanto, al final ellos no pueden venir aquí a pelearme por no hacer la cama o por tener novio.

Bajo las escaleras con cuidado de no resbalar con la manta. Isaac dijo que regresaba luego y ahora me aburro sola. Mi hermano está en el cuarto de juegos con Tiago y el resto de gente que habita aquí parecen no dar señales de vida.

Camino hasta la puerta que separa una parte del salón con la alberca y veo a una persona sentada, viendo los copos de nieve caer.

Me siento junto a Jessie y puedo notar que algo le atormenta, no se molesta en ocultarlo bajo esa coraza con la que siempre habla. Ninguna habla, pero no es incómodo, más bien da tranquilidad.

— Sabes que aún tenemos que hablar Camila — dice de la nada y respiro profundo porque siento un alivio y a la vez una presión en el pecho.

Quisiera decir que saber lo que pasa arreglaría algo, pero no es así, quizá lo empeore.

Asiento esperando  que empiece pero ella sigue esperando.

— Ahí viene tu hermano — dice al fin y me giro para ver a Nicolás con una bandeja con tazas y una manta rodeando su cuello.

Nos da una taza a cada una y el chocolate caliente para luego sentarse enfrente, quedando en un pequeño círculo de silencio, al parecer ellos ya estaban aquí desde antes.

— Mis padres murieron cuando yo tenía 19 años, un día me dijeron que iban a una reunión, como siempre, con la diferencia de que esta vez no regresaron — comienza a relatar al fin con la voz entrecortada y mirando al vacío —, entre todo lo que me dejaron había una pequeña caja, que contenía algunos papeles, un anillo — muestra su anillo — y una dirección con un nombre.

— ¿Solo eso tenía la caja? Por eso cuando nos diste el regalo del León fue tan importante y simbólico para ti — Nicolás está interesado y eso me asusta, no sé cómo se tome las cosas.

No estoy segura de él final del relato, pero puedo imaginar por dónde va la cosa, y si es como creo, él no lo tomará para nada bien.

— Sí,  cuando fui en busca de esa persona en la dirección que decía me encontré con quien ahora mismo es mi hermano de la vida — es obvio que habla de Josep, bebé un sorbo de su chocolate antes de seguir — Josep me contó lo que realmente hacían mis padres, me dijo toda la verdad que ellos me ocultaron durante años por protegerme, y me tuve que hacer cargo de eso que ni sabía que existía.

— ¿Qué era eso que te ocultaron? — pregunto con miedo pero interesada en liberar esta farsa que lleva desde el inicio.

— Mi padre dirigía un gran Cártel de Narcotráfico en el país, el más grande — la naturalidad con la que habla demuestra que es real.

Imaginaba que era algo como negocios sucios, una pequeña mafia con los negocios, no algo tan gigante y peligroso como lo que acaba de aclarar. Es incluso imposible de creer.

Mi madre adoptiva, es la persona más peligrosa que hay en este país, y aún así nos trata con tanto amor que es difícil imaginarla en una situación diferente a la nuestra.

— Yo era una niña mimada, que no sabía ni servir un vaso de agua — continúa explicando ya que ninguno dice nada —.Mucho menos iba a saber que eso existía en la vida real, creía que solo eran las series de tv o una leyenda para asustarnos.

Mejor vida (II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora