Hay tres capítulos antes de este, vayan allí primero.
— Creí que venías conmigo a casa — hace un momento llegó Richard en mi busca —. Verónica dice que quiere verte.
— Estoy cansada Richard, otro día puede ser —quiero evitar a toda costa acercarme a él, es como si de esa manera no se dará cuenta de gigante fallo.
— Otra vez con lo mismo Camila? No puedo creer que todavía sea igual, todo son excusas y me evitas cada vez que te parece bien.
No quiero escucharle pelear, no tengo ánimos para eso.
— Esta bien, vamos — no dejé que continuara hablando, solo subí al auto y esperé por él dentro.
— No estas obligada a hacerlo — siempre dice lo mismo, que no estoy obligada, que puedo ser libre de decidir, esto, lo otro.
— No lo estoy, pero haces que me sienta así. Mejor vamos y listo.
Siempre logra que haga lo que él quiere, y lo sabe. Es como si de ninguna manera pudiera decirle que no. Puedo decir que lo quiero, es tierno y atento la mayoría del tiempo, sin sumarle que es el chico que me quitó la inocencia.
Llegamos a su casa y en todo el camino no le hablé. Sé lo que sigue, me pide disculpas, me da un par de besos y yo vuelvo a caer.
— Hoy no te reconozco, no eres la Camila de siempre.
— Y cómo es la Camila de siempre? Esa que se queda callada a todo lo que dices, y que con un simple beso ya cae rendida a tus pies? — grité más fuerte de lo que quería.
— Camila... no vayas por ese lado, sabes que no te conviene.
— Vete a la mierda. Voy a ver a Verónica.
Entré en la habitación de Verónica y estaba acostada en su cama usando su móvil, con un par de cervezas a un lado y un cenicero lleno de cigarrillos a medio terminar.
— Camila! — chilló Verónica al verme entrar —. Te has olvidado de mí, no lo puedo creer.
— Ya bueno, he estado un poco ocupado estos días. Además, casi nunca estas en casa.
Eso es cierto, siempre que vengo Richard me da alguna excusa sobre el paradero de su hermana.
— Solo quiero darles privacidad linda parejita.
Me sonroja su comentario, aunque intenté disimularlo.
— Ven aquí conmigo, tenemos mucho de que hablar — hice lo que me pidió y me recosté con ella en su cama.
Quedando ambas boca arriba, en silencio, pero tranquilas.
— Quiero que te cuides Cami... no quiero que sufras— habló luego de algunos minutos en silencio, pero la duda creció en mi a medida que escuchaba lo que decía.
— ¿De qué hablas Vero? No entiendo.
— No es nada importante. Mejor dime, ¿cómo va todo con mi hermano?
— No sé si vamos a algún sitio, es muy confuso todo. Llevamos un año entero entre peleas y reconciliación, y no lo entiendo.
— Richard es... como decirlo. Diferente, desde niños ha sido muy temperamental, con cambios bruscos de humor.
— A veces me da miedo lo que pueda hacerme, y eso no me gusta. Le quiero, y mucho.
— Todo estará bien, tranquila. Por qué mejor no me cuentas que tal... eso.
Por su mirada picarona y la insinuación supe de que hablaba de inmediato, y sin poder evitar reír por las expresiones que hace.
— No pienso hablarte de eso Verónica, sigue siendo tu hermano.
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Mejor vida (II)
RandomLibro 2 de la trilogía"Vidas" Mi vida no era perfecta, pero era feliz así. Mi razón de seguir son mis hermanos, en un lugar donde no se vive, se sobrevive. Ella nos salvó, y nos condenó. "Un Ángel y un Demonio hecho mujer".