Capítulo 70

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Tal y como imaginé todos hablan de mi salida con Adonai, le dicen el chico misterioso, pero no dudo que dentro de nada ya encontrarán su nombre y empezará lo complicado. Parece que no tienen de nada mas que hablar, o como que no se, no hay nada mas interesante que mi vida.

Saco otro libro de la biblioteca y me voy a la alberca para leer en paz y sin tanto ruido, en esto se basan mis días, perder la noción del tiempo leyendo, nadando o paseando por los jardines. Incluso convivir con mis hermanos es difícil, cada uno está en su mundo.

— Cariño debemos hablar — me sobresalto porque Jessie apareció de sorpresa.

Le saludo y se sienta en la silla de enfrente para hablar mejor conmigo.

—Bueno lo que sucede es que en un mes cumples 18 y no me has dicho que es lo que quieres hacer, un viaje, una cena o una fiesta.

—La verdad lo he pensado, y quiero una fiesta, pero un poco más sencilla, no tan lujosa como la pasada.

—Me parece muy bien, ¿quieres que sea aquí en casa, en un salón de fiesta o en uno de los clubes?

—Ninguna de esas, quiero que la fiesta sea en un Yate, para asegurarme de que no asistirán tantas personas y no será tan formal — no me limito en pedir porque quiero probar que tanto puedo pedir aunque me muera de vergüenza—. Claro si no es molestia.

—No es ninguna molestia pequeña, sabes que todo lo que pidas te lo daré, y me parece una muy buena idea, ¿te parece en Ibiza? Y así aprovechamos lo que queda del verano para conocer lugares nuevos.

—Ibiza? ¿Estás de broma? Eso sería súper.

—Bueno pequeña, déjame eso a mí, ahora ve y te vistes para salir — muchas veces Jess parece una madre real, es atenta, cariñosa, cuidadosa, nos protege y mima. Pero otras ya no tanto

Aun estoy procesando que me dijo que sí, y que será en Ibiza, uno de los lugares mas geniales que hay, aunque obvio hay mejores, estoy segura de que me dijo ese sitio para cumplir mis expectativas; como no quiero nada tan grande pero si un poco formal es el sitio ideal.

Tomo el libro que estaba leyendo y subo a mi habitación para cambiarme como me pidió Jess, aunque no tengo ni idea de a donde vamos, creo que dijo algo de un parque.

No es cualquier parque al que entramos, es el mejor parque que hay, y esta vez no hay nadie mas que nosotros y algunos escoltas, eso me sorprende mucho, pero me gusta, así evitamos miradas y fotografías indeseadas.

Subimos a todas las atracciones, Jessie vomita un par de veces por la montaña rusa y Nicolás y yo estamos eufóricos por tanto. Es maravilloso poder divertirnos aquí, en este sitio que es el sueño de cualquiera.

Jessie menciona mi fiesta de cumpleaños, y es suficiente para tener a Samantha encima preguntando y dando ideas. Me emociona su empeño en dejar todo perfecto y las ganas que tiene de organizarlo.

—¿ Qué te parece si vamos al club a jugar un poco de tenis y así conoces algo diferente? —pregunta Sam emocionada, y acepto, no me parece tan mala idea, además creo que es momento de rodearme de mas personas, necesito amigos supongo.

Saliendo del parque Sam le dice de nuestros planes a Jess, pero ella prefiere irse a casa con mis hermanos, entonces Samantha hace unas llamadas y nos vamos.

Me siento como un pez fuera del agua, aunque paso desapercibida no es lo mío. Nada más al entrar todo dice dinero, dinero, dinero. Mientras yo interiormente me estoy muriendo de la vergüenza.

Como era de esperarse, no tengo la ropa adecuada para jugar al tenis, ni ningún otro deporte. Por eso Sam hizo esas llamadas, para que nos tuvieran preparadas las prendas en una habitación del club.

Mejor vida (II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora