Capítulo 61

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Estaba tan perdida en lo maravilloso que me parece este vecindario, que no me di cuenta cuando nos detuvimos en la verja de una casa, gigante y demasiado perfecta vista desde fuera, con mucha seguridad, puedo decir que exagerada.

Parece la casa del presidente.

Si desde fuera me parecía gigante, ahora que estamos entrando siento que me ahoga con solo verla. Es una construcción maravillosa, el camino por el que pasa el auto está rodeado de grama, árboles y flores; aparca en la entrada y las piernas me tiemblan con solo pensar en salir.

Bajamos del auto en frente de la puerta al girar una rotonda con una hermosa fuente en medio. Jessie toma la mano de Emmy, para guiarnos hasta dentro de la gigantesca casa.

Por dentro es muy moderna y tiene una decoración lujosa.

Justo al entrar, te encuentras con dos escaleras y un balcón en el  segundo piso, todo en colores blancos y negros. Se puede ver que más allá hay un salón gigante, con pocos muebles y tan iluminado que molesta. Ya el resto no sé.

Pero eso no sorprende tanto como la gran decoración que hay, globos de colores vuelan por el techo, flores de todos los tipos y una decoración en la pared que dice; Bienvenidos a casa.

—No sabía si les gustaría, pero quiero hacerlos sentir en casa— empieza a decir Jessie mientras caminamos cerca de las personas — . Quiero presentaros, él es Josep mi mejor amigo y como un hermano para mí, tiene cara de malhumorado, pero no lo es tanto —todos reímos por su comentario, el tipo es de cabello y ojos cafés, un poco mayor —, ella es Samantha, mi mejor amiga desde muy pequeña. Ellos son la única familia que tenía hasta ahora.

Ella es una chica morena y alta, preciosa. Ambas lo son.

—También quiero presentarles al personal que trabaja en casa. Ella es Nora, la encargada de todo en casa, junto con el resto del personal. Por aquí están las niñeras de Emmy ;Amanda y María — son mujeres adultas con mucha ternura en la mirada.

También hay algunas cinco chicas más, y algunas otras personas del cuidado de la casa: un chef, cuatro encargados de jardinería, y muchos escoltas.

Esto es demasiado.

—También tendrán escoltas, y eso no está en discusión. Para Emmy y Camila serán, Sofía y Mercedes, no pueden salir a ningún lugar sin ellas o cualquiera del personal de seguridad, ¿entendido? — siento que me marea todo este protocolo de llegada —.Para Nicolás será Ernesto, lo mismo va para ti, es por seguridad.

—Es necesario tanta seguridad? — pregunto porque siento que es demasiado.

—Sí cariño, es necesario porque su seguridad es lo más importante.

Luego de presentarnos con todos, nos guió por los pasillos y escaleras hasta nuestras habitaciones.

—En el armario hay poca ropa, pero podrás cambiarte para luego ir a comprar a tu gusto.

Lo mismo con las habitaciones de mis hermanos. Con mis padres no vivíamos mal, pero no teníamos esta cantidad de lujos, en el orfanato mucho menos.

Jessie me dejo en mi habitación para poder cambiarme y así sentirme cómoda con todo. Y estoy alucinando con tanto, hay un cama en la quue entran cinco personas sin problema, pocos muebles y un televisor empotrado en la pared de enfrente a la cama.

Abrí la puerta del armario y casi me caigo de culo, ¿esto es poca ropa? No me jodan, nada más el armario es del tamaño mi antigua casa y hay más ropa  de la que he visto jamás.

El baño igual, si comparamos, es del tamaño de la habitación que compartía en el nuevo orfanato, y tan pequeña no era si entraban cinco personas con armarios incluidos.

Mejor vida (II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora