Capítulo 75

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La única manera que encontré para distraerme estos días es organizar mi fiesta de cumpleaños. Jessie me dio toda la libertad posible para plasmar mis ideas y sacar el máximo provecho a esta fiesta y eso hago.

Suelo pasar las primeras horas de la mañana en el ordenador buscando ideas y analizando los posibles inconvenientes, quiero que todo sea perfecto.

Jamás he celebrado un cumpleaños más allá de una pequeña tarta y mis padres y hermanos, y en el orfanato ni eso.

— ¿Te parece mejor este color o el rosa pastel? — le pregunto a Sam que está al otro lado de la pantalla ayudándome a organizar algunas cosas, más bien a decidir.

— Mmm déjame ver, el rosa pastel está muy bonito, pero creo que el azul va más contigo. También puedes combinarlos, algunas cosas en rosa y otras en azul.

Pienso por un momento en su consejo, es una buena idea.

— La decoración de las mesas puede ser azul pastel y el resto en rosa — pienso en voz alta y ella aprueba mi opinión.

— Entonces los colores están decididos, quedan los invitados, la música, los horarios y la organización de la estadía.

— La música aún la tengo en duda, quiero mucha música electrónica de fondo, pero también quiero un pequeño vals. Los horarios que sean desde media tarde hasta que se termine, y los invitados ya tengo algunos que me facilito Nora, aunque creo que la lista hay que actualizarla, hay muchos que ya pasaron a mejor vida.

— Si quieres yo me encargo de los invitados, y tú de la música y el resto. Por cierto, puedes obtener ambas cosas sin problema, no tienes porque elegir una sola entre miles — es muy buena al organizar algún evento, se mantiene en calma y siempre encuentra soluciones —. Yo tengo que irme, ya me dices si necesitas ayuda en algo cariño — se despide de mí y corta la videollamada.

Busco en mi agenda y tacho los colores y agregó un par de cuestiones. Por qué no tener mas de un ambiente musical?

— Bajas a correr un rato? — entra Nicolás sin avisar, como siempre, y rompe la concentración que tenía.

— Dame un momento y termino de apuntar esto.

Desde que entrenamos con Jessie por las tardes, decidimos correr algunos minutos por los alrededores de la casa. Eso oxigena nuestro cerebro, nos mantiene activos y más dinámicos, y a mí en lo personal me ayuda a pensar mejor.

Como ya estaba vestida cuando entró, me limité a guardar las cosas y salir junto a él para ir a correr.

— Creo que quiero estudiar arquitectura — piensa en voz alta mientras calentamos, le escucho porque sé que aún no termina —. Pero a la vez siento que puedo realizar cosas más grandes.

— Para llegar a lo grande tienes que empezar por lo pequeño — respondo a su cuestión sin pensar y luego me arrepiento.

— Eso lo sé. Pero tengo en duda es, cómo estaré seguro de que es de verdad lo que me gusta?

— Sabes, nosotros tenemos una ventaja ahora que antes no, y es que ahora si nos equivocamos podemos volver a empezar sin problema.

— Eso no me ayuda Camila.

— Piénsalo, damos un par de vueltas y me dices otra vez lo que opinas sobre eso.

Me pongo los auriculares y comienzo a trotar despacio para no cansarme de más. Él me sigue en silencio y un aumenta el ritmo un poco antes que yo, pero no pienso dejarle adelantarme así que comienzo a picarme y eso se convierte en una competición.

Mejor vida (II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora