Capítulo 10

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Al final del documento había un número apuntado con el nombre de Daniel Esposito — Suponiendo que se trataba del mismo Daniel que días anteriores me había querido comprar— marqué en mi móvil el número y esperé con nervios que la llamada fuera atendida.

Quizá esta es la peor decisión que tome en mi vida, o quizá sea la mejor de todas. Pero solo espero hacer lo que de verdad es correcto, sabiendo que es necesario aceptar este trabajo.

— Sabía que llamarías — su voz sonaba complacida, victorioso.

— ¿Cómo sabe que soy yo?

— ¿De verdad esperabas que te dejará en bandeja de plata mi número personal? Te falta mucho por aprender querida.

— Eh.. llamaba para decirle que..

— Aceptas el trabajo, lo sé.

— Pero tengo mis condiciones, no puede esperar que acepte así sin más.

— No estás en posición de pedir nada — no sonaba a reproche, sino a autoridad —. Pero esta bien, las acepto.

— No quiere saber cuales son?

— No hace falta, las puedo imaginar — este hombre es muy extraño, y no se puede negar —. Mañana por la tarde debes venir, firmaremos el contrato y te presentaré a mi hijo.

— Esta bien — sentí un poco de alivio porque pude dejar esos nervios a un lado —. Nos vemos mañana.

— Por cierto Camila, no hace falta que te vistas como una ejecutiva, puedes ser tú misma — seguro lo dice por la manera en la que me vestí el día que fui a verle en su gigante casa.

Acepté su sugerencia y colgué la llamada como si mi vida dependiera de eso. Los nervios se fueron, pero el sentimiento de culpa comenzó a nacer poco a poco, y si no lo detengo ahora me va a consumir.

— Siento si no soy esa hija que esperaban — dije hablándole a las tumbas en donde están mis padres —. Pero hago lo necesario para estar bien, todos.

Salí de allí lo más rápido que pude, le había prometido a Nicolás ayudarle con su tarea, y no puedo llegar tarde. Decepcionar a mi hermano no está en mis planes.

— A ver Nicolás, en la literatura las cosas no pasan así, debes entender que todo tiene su proceso, y cada proceso tienen un nombre — desde hace media hora intenté explicarle que hay diferentes etapas en cada movimiento literario, pero él no entiende —. Es fácil, veamos con un esquema y luego me dices si entiendes.

— Camila pero no entiendo por qué necesito saber yo en qué época o siglo equis escritor público equis novela.

— Lo debes saber por cultura general, porque en el momento que se te presente hablar con una persona culta y estudiada vas a tener un tema del que hablar y vas a tener los conocimientos básicos de lo que estás diciendo.

Hice un pequeño esquema explicando las fechas y nombres de los movimientos junto a las novelas surgidas en cada uno, algo fácil y rápido de comprender.

— Ahora lo entiendo mejor, se supone que cada una de estas novelas surgió en una de estas fechas y se llama cada movimiento así.

— Exacto, eso era todo lo que necesitas saber, ahora puedes empezar a estudiar de esta manera para que no te compliques la vida.

— Lo siento por no ser tan literario como tú, me van más las mates.

— Lo sé, pero las mates no lo son todo — al contrario de mí, este niño es un genio con las matemáticas —. Sigue estudiando, si necesitas aclarar algo me lo dices.

— En historia no me vas a ayudar también? — hizo ojitos de cachorro abandonado — Por favooor.

— Esta bien, pero lo hago solo porque me gusta esa asignatura.

— Estamos estudiando una de las revoluciones, ya ni recuerdo cuál.

Revisé sus apuntes y es que de verdad no tiene casi nada, así nadie se puede guiar para estudiar.

— Primero, se supone que debes tener más contenido aquí. Segundo, en historia es igual que en literatura, pasó algún acontecimiento importante que marcó la historia, en una fecha, en un lugar, por una persona, por una causa y con algunas consecuencias.

— Lo haces ver como si fuera lo más fácil del mundo.

— Es lo más fácil, en realidad — recordaba algunas cosas de esos temas y puede ayudarle a completar sus apuntes —. Lo más difícil de aprender son las fechas, pero quizá a ti como te gustan los números no se te hace tan complicado.

— Qué se supone que debo hacer con esto que acabas de escribir?

— Hacer esquemas como el que hice en literatura, o simplemente subraya lo que creas que es importante. Personas, lugares, fechas, siglos.

— ¿Crees que voy a aprobar si hago esto?

— En realidad no — su cara se contrajo al decir eso, creando una gran confusión —. Vas a aprobar si estudias y quieres hacerlo, no porque yo te diga que hagas algo.

— Vaya que gran ayuda hermana.

— La mejor que vas a tener nunca enano — me levanté de su cama y pensé en salir a dar una vuelta, me duelen las piernas de estar sentada, y bueno de otras cosas también.

— ¿Hoy tampoco te vas a quedar a dormir? — su voz interrumpió mis pasos, y no supe qué responder.

— De qué hablas?

— Emmy quiso dormir anoche contigo, pero no te encontró y vino aquí llorando.

Mierda, eso es algo que no puedo permitir, sé que Emmy se siente sola y confundida.

Es mejor no responder en estas situaciones, o quizá es solo mi excusa para huir y no decir nada sobre eso.

Salí y me senté en una pequeña banca que hay a un lado de la puerta del orfanato, terminaba el verano y el calor hace acto de presencia cada vez que puede. Y aunque es cálido, prefiero refugiarme en el frío de invierno.

Había traído mis bombones y me los comí mientras pensaba en todo y en nada, algo normal para mi últimamente.

Mi móvil que estaba guardado en el bolsillo de mi pantalón comenzó a sonar avisando la llegada de un mensaje.

Richard❣️: nos vemos mañana? Te echo de menos.

Cami🍓: tengo cosas que hacer, otro día quizá.

Richard❣️: ¿qué es más importante que verme a mí?

Qué debo responder? Que nada es más importante que él?

Cami🍓: te aviso luego para vernos.

Me da igual si se molesta o no, él no es mi dueño, mucho menos tengo que dar explicaciones.

— Camila? — Foster me llamaba desde la puerta del orfanato —. El chófer de Daniel viene por la tarde, espera que estés lista puntual.

— Eso ya lo sé, no hace falta que lo repitas.

— Por cierto, Emmy no creo que te quiera volver a ver por algunos días, al parecer anoche escapó otra vez de su habitación para ir a verte y que casualidad, su hermana no estaba.

— Eso también lo sé joder, deja de meterte en mi vida. De Emmy me encargo yo, tú no opines.

— Claro que debo opinar querida, no te olvides que si mañana llega una pareja de padres encantados de adoptar a la tierna niña Emmy, voy a tener que aceptar — cree que me intimida, pero no es capaz de hacerlo —. No te olvides de quién es la que lleva el mando aquí Camila.

Cada día deseo con más fuerzas salir de aquí junto a mis hermanos, y cada día lo siento más necesario.

Mejor vida (II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora