Capítulo 95

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— Tienes que estirar más el brazo derecho Camila — se queja el fotógrafo y hago lo que me pide —. Exacto, así. Ahora baja un poco más la mirada.

El tiempo que paso aquí es tan genial y me siento tan cómoda. Aunque es difícil, y no entiendo muchos tecnicismos necesarios para las tomas de fotografía, en lo que es modelar y posar para las fotos publicitarias es como si fuera mi destino.

— Recuerda que mañana vienen personas importantes y te necesito con los pies en la tierra — entra Sasha muy seria. De la nada su estado de ánimo cambia y ya no entiendo qué es lo que le pasa.

Sé que está saliendo con Sam, están juntas cada vez que pueden y se vuelve un poco insoportable, incluso para mi que no estoy a todas horas con ellas. Pero es que de la nada pasa de estar muy feliz a seria, o quizá está en las nubes y no lo comprendo.

— Ya lo sé — respondo incómoda porque ya es la tercera vez que me lo repite.

— Sabes que la cadera no va en ese sitio Camila, te hace ver una figura muy diferente a la que quieres para esta marca — sus consejos algunas veces parecen órdenes y aunque me ayudan mucho, es agotador.

— No se ve mal, con estas me vale — le responde el fotógrafo que también es mi mentor y por fin puedo relajarme ya que hemos terminado.

Camino hasta la silla en donde están mis cosas y veo por encima las notificaciones de mi móvil.

Mensaje de:

Ivanov: Nos vemos hoy?
Ivanov: Ven al departamento, te espero.

Gabriela para Brillitos y eso: Tenemos que ir a divertirnos, tantos trabajos me tienen loca.

Emilia para Brillitos y eso:  Algún día dejarás de pensar solo en fiesta.

Gabriela para Brillitos y eso: Quién dice que hablo de una fiesta?

Ignoro la discusión de ellas porque es lo de siempre. Al final siempre terminamos en casa de alguna viendo una película o haciendo nada tiradas sobre la cama.

— Me tengo que ir, nos vemos mañana — me despido de Sasha y corro a cambiarme para irme.

Es agotador estar de pie más de tres horas, con tacones diferentes cada media y salir corriendo para cambiarme y seguir. Me gusta como se siente, es divertido y siento que aprendo mucho con cada detalle, pero no es fácil y me frustra no lograr nada más que una que otra foto para publicidad.

Quiero desfiles, promociones, ser reconocida por mi trabajo y que todos digan, vaya, pero si es Camila Lombardi. Solo espero seguir mejorando y tener el mínimo de paciencia para esperar a que llegue el momento.

Busco a mi bebé en el parking y sin perder tiempo, voy hasta el departamento que tiene Isaac cerca de aquí.

Es un amor odio lo que tenemos. Él es el centro de atención desde que empezaron las clases, no lo reconoce pero sé que se ha acostado con un par de chicas y aunque me hierve la sangre de solo imaginarlo, no puedo ni debo decir nada porque no tengo el derecho.

Desde lo que paso en mi viaje de cumpleaños no hemos vuelto a vernos más de un par de veces, y eso contando que fue de casualidad.

Prefiero centrarme en lo que me gusta y me conviene, modelar. Él se puede ir a la mierda y seguir con su vida como si nada, no tengo ningún problema.

Entro al parking de su edificio y el hombre de seguridad me deja pasar sin problema, ya me conoce.

Me bajo del auto y camino sin prisa hasta el ascensor. Últimamente me doy mi tiempo para todo, debe de ser porque lograr las cosas apresurada solo trae estrés y dolor de cabeza.

Mejor vida (II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora