Todos se van yendo poco a poco, quedando por último la familia. El tío Jo se levanta de la mesa dispuesto a irse con mis hermanos, mi primo y su futura esposa.
La barriga de Margot es grande pero no tanto como la mía, tiene solo un par de meses menos que yo y un bebé menos también, así que puede disimularla mejor.
— Voy contigo, espérame — escucho decir a Adonai cuando ve que Sam también decide irse.
Quedando solo Melisa, Isaac, Jessie y yo, estos se dan miradas extrañas, algo me ocultan. Quizá tiene que ver con la sorpresa que nombró Isaac antes, no lo sé.
— ¿Vamos? — pregunta mi madre levantándose también, Isaac me ayuda porque estoy tan cansada e hinchada que casi no puedo caminar.
Ya no hay tantas personas afuera como antes, supongo que esperar cinco horas delante de un restaurante para encontrar algo es agotador.
Jessie y Melissa van adelante, casi entrando en el auto, los escoltas mantienen la distancia necesaria para alejar a las personas, Isaac en suelta un momento para atender una llamada así que camino sola con mucho cuidado de no caer.
Siento un fuerte apretón en mi brazo, no reacciono hasta que todo mi cuerpo se encuentra paralizado por los brazos que me sujetan del cuello.
— Que nadie haga nada — escuchar su voz nunca había sido tan aterrador, ni siquiera cuando me golpeó aquella vez o cuando fingió secuestrarme y hablaba como un desquiciado.
— Suéltala ahora mismo — dice Isaac a lo lejos notando la situación, los escoltas intentan acercarse pero aprieta su agarre así que se detienen —. Te dije que la sueltes — su voz es demandante, está furioso y dispuesto a cualquier cosa, lo sé.
— ¿Crees que porque me encerraste una vez te tengo miedo niño rico? — pregunta con asco, siento arcadas por los nervios, sujeta con mucha fuerza mi cuello y con la otra mano un cuchillo cerca de mi barriga —. Ella se viene conmigo, porque es mía, porque esos niños son míos y solo míos.
Tiemblo de pánico, lo dice enserio, con sinceridad, como si en su mente retorcida existiera la posibilidad de que fueran suyos.
Un silencio que me aturde invade a los espectadores, un bonito espectáculo que todos graban como si se tratase de una novela, mientras yo estoy aterrada por lo que pueda hacerme. Lo conozco, esta demente, es capaz de secuestrarme y fingir que son sus hijos, es capaz de apuñalarme ahora mismo con tal de hacernos sufrir. Con Richard nunca se sabe con seguridad que pasará.
El móvil de Isaac suena una y otra vez, pero no quiere quitarme la vista de encima, por un momento se rinde y atiende la llamada, no habla, solo escucha y asiente como si la persona que le llama pudiera verlo.
Jessie... intento girarme para buscar a mi madre, es la única que puede salvarme, pero un golpe brusco de parte de Richard impide mi acción.
— Sabes qué? Te la puedes llevar sin problema — dice de la nada Isaac con las manos en algo fingiendo paz, algo está planeando —. Solo no les hagas daño, vete, pero no los lastimes.
Siento como el agarre de Richard se suaviza un poco, se está confiando de lo que dice pero no del todo.
— Ella aún te quiere, alguna vez me lo ha dicho, sin querer se le escapa tu nombre, pero yo fingía que no escuchaba — mentira, es todo mentira, quiero gritar pero no me atrevo a intentar nada más —. Pregúntale a ella, verás como te dice que es cierto.
— Es verdad nena? Aún me quieres como yo a ti? — me hace a un lado para verme mientras me habla, su voz asquerosa me aterra, jamás imagine que ese ser al que le entregué tantas cosas buenas se iba a convertir en mi peor pesadilla —. Responde!
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Mejor vida (II)
RandomLibro 2 de la trilogía"Vidas" Mi vida no era perfecta, pero era feliz así. Mi razón de seguir son mis hermanos, en un lugar donde no se vive, se sobrevive. Ella nos salvó, y nos condenó. "Un Ángel y un Demonio hecho mujer".