— ¿Crees que todo sigue igual? — Nicolás casi siempre se está haciendo este tipo de preguntas, supongo que tiene mucho tiempo libre para comerse la cabeza con preguntas tan aleatorias como esta.
Aprovecho lo cómodo que está, sentado en el cómodo césped y recostado sobre el árbol para acostarme y apoyar mi cabeza sobre sus piernas. Cierro el libro que estaba leyendo y me quedo en silencio unos segundos para prensar en mi respuesta.
— Nada sigue igual. Incluso nosotros hemos cambiado — reflexionar sobre cambios no es lo mío, pero son las preguntas que suelen rondar por mi cabeza muy seguido.
— No quiero cambiar del todo — dice suspirando mientras mira hacia la copa del árbol —. Me gusta ser como soy, cambiar sería una tontería de mi parte.
— Cambiar no significa dejar de ser quien eres, se llama evolución y todos pasamos por ella — intento decirlo con un tono de burla más que serio porque sé que se siente un poco tonto cuando le hablo así .
— Vete a la mierda — se dio cuenta de mi intento fallido de no ofenderle y se enfada por eso, más bien finge estar molesto.
Cruza sus brazos sobre su pecho y no me mira, pero le incomoda que yo sí le mire desde abajo.
— No puedes vivir sin mi hermanito, lo sabes.
Algo muy positivo de estar aquí, es que Nicolás y yo estamos más unidos. Es como si nuestra conexión hermano -hermana hubiera crecido mucho más que antes.
— No quiero empezar las clases. Odio que me miren como a un bicho raro.
— Odias que te miren en general. No pasará nada, tu piensa que será lo mismo de siempre y ya está.
— Lo haces ver tan fácil que das hasta vergüenza Camila.
— Disculpa por querer animar a mi querido hermano.
— ¿De verdad no te entran ni un poco de nervios? — su mirada y el tono tan sobresaltado que usa me demuestran que no comprende mi relajación.
— Hace mucho deje de sentir nervios por cosas como esas Nico, no será nada del otro mundo. Ir a un instituto repleto de idiotas que no saben qué hacer con sus vidas.
— Lo siento, olvidaba que mi hermana mayor ya es toda una mujer adulta y madura, claro como ya vas a cumplir la mayoría de edad— me sigo cuestionando como es que lo soporto.
— Algún día te pasará hermanito, eso espero — me rio por su cara de ofendido y me reprende con un golpe en la frente —. Eso duele idiota.
— Deja de reírte de mí, de verdad me preocupa no encajar y tú solo hacer burlas sobre eso.
— Es que de nada sirve que te mates pensando en eso ahora cuando falta aún un mes. Ya tendrás tiempo para sentirte nervioso, ahora disfruta del silencio y todo genial.
Me quedo con los ojos cerrados sobre las piernas de Nicolás, estoy en un estado de me duermo o no me duermo y eso me mantiene en un limbo del sueño.
— Está oscureciendo Cam, será mejor que entremos para comer algo — escucho su voz como un susurro, muy a lo lejos puedo imaginar que se trata de él, pero no vuelvo a la realidad hasta que comienza a moverme con suavidad.
— Tengo frío — me quejo porque al moverme el poco viento fresco que llega me da con todo y me estremezco.
Me ayuda a levantarme y caminamos juntos hasta casa, donde hace aún más frío que fuera y corro escaleras arriba para buscar algo abrigado que usar.
Entrar a mi habitación no ayuda. La idea de darme una ducha caliente me parece muy tentadora, pero imaginar el frío luego de salir me quita la idea.
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Mejor vida (II)
RastgeleLibro 2 de la trilogía"Vidas" Mi vida no era perfecta, pero era feliz así. Mi razón de seguir son mis hermanos, en un lugar donde no se vive, se sobrevive. Ella nos salvó, y nos condenó. "Un Ángel y un Demonio hecho mujer".