Capítulo 13

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Hay un capítulo antes de este, wattpad muchas veces enloquece.

Tiempo después.

— No puedo creer que hayas hecho eso Camila, no lo puedo creer.

— Sabes que no puedes trabajar con todo ese desorden a tu alrededor, necesitas tener organización.

— A la mierda la puta organización que quieres — Adonai está histérico —. Solo necesitaba que te mantuvieras alejada de esos documentos, pero no, vienes y los guardas a saber donde y ahora no los encuentro.

— Quizá si te tomaras el tiempo de revisar el puto archivador, encuentras tus preciados documentos.

No lo hizo, no esperaba que lo hiciera. Por eso me acerqué yo al pequeño archivador y busqué con cuidado lo que él busca con tanta desesperación.

Lo encontré en menos tiempo del que pensé, y se lo entregué para que así deje de joder.

— Para la próxima busca, no eres manco.

Iba a salir de la oficina porque estoy que le digo mil cosas a este niño rico mal educado.

— Camila no, espera por favor.

— Qué es lo siguiente que vas a decir? Vamos dilo, estoy preparada para escuchar lo que sea.

— Lo siento, es que aún no me acostumbro a que todo este en un orden diferente al mío.

Su débil excusa solo me dan ganas de reír y llorar a la vez.

— Joder Adonai, hace un puto año que hago todo esto, desde hace puto año intento que logres organizar tus cosas, pero parece que mis esfuerzos no sirven para ti, aunque eso no me sorprende.

En todo este tiempo he podido conocer un más a Adonai, a pesar de ser mayor, es muy inmaduro e irresponsable para muchas cosas. Es buena persona, pero sin duda un idiota mimado.

— He dicho que lo siento vale? — intenta calmar la situación, pero esta logrando lo contrario.

— Es mejor que me vaya, no quiero partir tu preciosa cara de idiota.

Se quedó callado mientras veía como tomaba mis cosas.

— Por favor, no he tenido un buen día, no te vayas.

Y aquí viene el chantaje que sabe que no puedo rechazar. Ya nos conocemos mejor, él sabe que si me dice eso no me voy a ir.

— No uses eso de excusa Adonai.

— No es una excusa, mi día a sido una mierda Camila, y descargué mi rabia contigo, lo siento.

Aún es temprano para irme, supongo que puedo quedarme un poco más.

— La próxima vez que me vuelvas a hablar de esa manera no me va a importar nada Adonai, te vas a ir a la mierda junto a un buen golpe.

— Vale ya, lo pillo no te enfades — levantó sus manos en señal de rendición —. ¿Podemos hablar?

No se me hizo extraño, últimamente tenemos más confianza y solemos hablar de otras cosas.

Él busco algo en un cajón de su escritorio y yo me senté en el sillón a esperar que hablara.

Es un tabaco, supongo que debe ser yerba.

— ¿Vas a fumar aquí dentro? — pregunté indignada por eso.

— Sí, la ventilación no permite que salga el olor, además, creo que solo quedamos nosotros en este piso.

— ¿No te importa que esté yo?

Mejor vida (II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora