Capítulo 98

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— ¿Estás segura de lo que dices? — exclamo en un tono tan alto que pueden oírme desde fuera —. No lo puedo creer.

— Claro que lo estoy, el contrato está aquí esperando tu firma — Sasha confirma de nuevo lo que ya me ha repetido una y otra vez.

Ayer me envió un mensaje para decirme que tenía una noticia, la cual me acaba de decir y no puedo con tanta emoción.

La marca para la que desfile el sábado quiere contratarme como su modelo para los próximos desfiles que tengan en el año.

— Puedo pensármelo? Es una decisión difícil porque debo estudiar a fondo los detalles y todo eso — con el tiempo se ha dado cuenta de lo organizada y perfeccionista que soy con este tipo de cosas.

— Tienes quince días para dar una respuesta, así que supongo que sí, puedes darte tu tiempo — su respuesta me relaja mucho porque estaría bien analizar cada posible situación — Puedes irte, comenzaremos las clases de nuevo mañana.

Me despido con mucha emoción y salgo de su oficina para bajar al parking donde me espera mi precioso novio.

Me acerco corriendo para abrazarle, estoy tan feliz por todo.

— Imagino que era una buena noticia — suelta al sentir mis brazos rodear con fuerza su pecho.

— Quieren que modele para la marca durante todos los desfiles que van a tener en el año — exclamo en un tono agudo que parece agradarle en vez de aturdirle.

— Es una noticia maravillosa pequeña — me felicita con un beso en los labios y correspondiendo mi abrazo —. Vamos a celebrarlo.

Me ofrece su mano para llevarme hasta la puerta del copiloto de mi bebé. Abre y entro sin problema, luego pasa al asiento del conductor y sin tardar mucho enciende el auto para salir a toda velocidad a saber hasta dónde.

— ¿A dónde vamos? — mi pregunta le hace sonreír y prefiero no volver a cuestionar.

— Vamos a sacarle provecho a tu bebé, y sé que te encantará — responde al momento en que nos acercamos a una especie de pista de carreras.

Un par de personas esperan en la entrada y al llegar a su lado Isaac baja la ventanilla para hablar con ellos, aunque como lo hacen en ruso no entiendo nada.

— En este sitio solía correr — comienza a ponerme en contexto al ver mi cara de confusión —. Hoy no hay nadie, así que podemos divertirnos un poco.

Entra en la pista y sin darme tiempo de nada comienza a subir la velocidad, y por ser tan repentino, me sujeto con fuerza a los asientos del susto.

Es una pista profesional, con pocos obstáculos pero muchas curvas.

Isaac conduce con una agilidad impresionante sin dudar ni un segundo, sobrellevando las curvas sin problema y acelerando más y más.

Siento como la adrenalina sube por mi cuerpo y la sensación de libertad me invade cada poro.

Baja la velocidad en cierto punto en el que no coordino las vueltas que dimos.

— Ahora te toca a ti — dice sin problema frenando y quitándose el cinturón para salir.

— Qué? Estás loco? No puedo hacerlo — respondo a la defensiva por inercia.

Se ríe de mi actitud y mientras sigo aún con las manos sujetando el asiento él se baja para abrir mi puerta y sacarme de aquí.

— Claro que puedes, te he visto conducir a grandes velocidades con tal de dejar atrás a tu escolta — eso es cierto, pero no es igual.

— No es igual, son vías rectas sin muchas curvas en las que puedo frenar sin miedo a perder el control — me asusta la idea de fallar y terminar muertos.

Mejor vida (II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora