Capítulo 76

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Supongo que por la sorpresa Jessie quiere alejarnos de casa, nunca salimos, y justo hoy se le ocurre la maravillosa idea de ir a comer helado.

Entramos a una heladería gigante, con carteles que muestran helados de todos los tipos y sabores. Nos sentamos lo más alejados posible y pedimos.

Iniciamos una conversación tranquila y divertida, Nicolás suele ser muy ocurrente y su humor negro le ayuda a resaltar más.

—Bien.. ¿qué les gustaría ser de grandes? O no sé, ¿qué quieren estudiar? — esa pregunta nos toma desprevenidos, pero no me impide responder.

—Bueno yo tenía pensado que al salir del instituto podría estudiar diseño,— la nostalgia me invade porque ese era mi sueño de niña, solía dibujar vestidos y recordaba algunas veces la ropa para mis muñecas — también me gustaría ser modelo, ser famosa por mis desfiles y eso. Sueños de niñas, ya sabes.

Lo de ser modelo no lo considero una ilusión, me siento capacitada de lograrlo, aunque no me decido.

—A mí me gustaría estudiar arquitectura, y así poder diseñar las mejores casas — al final Nicolás se decidió por intentar con esa carrera, y la ilusión en su mirada me transmite seguridad.

Ya que Emmy aún no responde, Jessie le pregunta directamente para que responda.

—Yo quiero ser como tú — responde con tanta inocencia que a todos nos llego al alma—. Pero si no se puede quiero ser doctora de animales para así poder ayudar los perritos y gatitos que estén enfermas — ama a lo animales, y el corazón tan gigante que tiene no le permite limitarse cuando se trata de ayudarles.

Hace unos días cayó un pájaro herido en el jardín de casa y ella lo encontró. Convenció a Nora de encontrar un doctor para curarle el ala y que pudiera volver a volar.

—No puedes ser como yo pequeña, pero si puedes ser mejor. Estoy segura de que será una excelente veterinaria — las palabras de aliento que le otorga Jess a Emmy suenan más a compasión, su rostro cambio cuando dijo que quería ser como ella —. Quiero que entiendan que sus sueños no son niñerías, son grandes proyectos que solo necesitan ser planteados y trabajados. Todo lo que se propongan van a cumplirlo, y aquí estoy yo para ayudaros.

La motivación con la que habla me inspira. Sé que muchas veces dudo de ella, pero lo que sucede en realidad es que hay algo que no me termina de encajar y eso me pone tensa.

No hay un sitio al que lleguemos donde todo sea normal, ni siquiera un parque puede ser común. O quizá si lo es, pero en la vida de personas como Jess.

El parque al que llegamos luego de la heladería está cubierto por un césped corto, lleno de flores y con muchos columpios y toboganes que  permiten a los pocos niños divertirse sin presión.

Lo único que me gusta de salir con Jessie es que la gente con la que ella se rodea no está perdiendo el tiempo en tomar fotos o grabarnos mientras pasamos, cada quien está en su mundo, algo así como cuando un niño normal va a un parque con otros niños normales. Esta es la normalidad de ellos, y ahora de nosotros.

Ver cómo caminan algunos tan tranquilos, como se divierten los niños, las conversaciones que no entiendo de gente que se encuentra sentada viendo a la nada.

No estoy loca, no son ilusiones que crea mi cabeza. Sino gente de verdad que aunque no lo parezca hacen las mismas cosas que el resto, porque lo único que les cambia es el dinero que poseen.

Pero esa estadía con la humanidad se termina, porque es hora de volver a casa.

De camino al auto Jessie busca la manera de quedarnos solas, para luego hablar conmigo más cómodas.

Mejor vida (II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora