— No te preocupes por eso, son puras mentiras que dicen para llamar la atención — dice Adonai por el otro lado de la línea intentando calmar mis nervios, casi no lo puedo ver y me toca hacer llamada para hablar con el único amigo que tengo.
— Estoy harta, no paran de decir mierdas desde que Jess nos presentó ante la sociedad y no aguanto, casi no puedo salir de aquí porque en donde me ven quieren fotos, pensé en ir al club de tenis que Jess me recomendó, pero que casualidad de que ahí posiblemente también me persigan.
Desde el día de la fiesta todo ha cambiado, ahora no solo acosan a Jessie como el primer día que fuimos de compras, sino que lo hacen con todos, y eso me pone de los nervios. Las solicitudes en Instagram no paran de llegar, menciones y etiquetas de fotos de cuando estoy paseando, cuando me subo a un auto o equis situación.
—Lo único de todo esto que te molesta es que no tienes el control, porque de resto sabes que la situación te agrada, te hace sentir importante, y estoy muy pero muy seguro de que estás aprovechando cada cosa que pasa para ti —se me olvida lo mucho que me conoce, y es verdad.
— La verdad es que sí — guardo silencio por un breve momento, me aburro y no sé qué hacer, extraño trabajar — ¿Qué te parece si me paso por la oficina y te ayudo un poco?
— ¿La niña rica quiere ayudarme a mi? — sabe que me molestan esos comentarios, por eso lo hace — . Tengo una reunión en media hora, no tardaré mucho, si quieres venir y arreglar mi desastre, yo encantado.
— Graciaaas,— chillo de emoción, por fin saldré de aquí— ,muero de aburrimiento, extraño trabajar y ser productiva.
— ¿Por qué no le dices a tu madre adoptiva que quieres trabajar en algo, seguro que tiene muchos negocios para que te encargues de alguno.
— No lo había pensado, es una buena idea, y así dejo de aburrirme tanto haciendo lo mismo.
— Tengo que prepararme para la reunión, te espero bonita — se despide igual que siempre y yo igual, tengo que cambiarme para ir a la empresa de Adonai, hace mucho no lo hago.
Los días aquí son entretenidos, siempre hay algo divertido. Últimamente están haciendo algunas reformas al otro lado de la mansión y bueno, hay un poco de movimiento. Lo que mas me gusta por ahora, es la ropa. Cada día utilizo algo diferente, puedo cambiarme tres veces al día sin ningún problema, y eso está genial.
Voy en busca de algo ideal, y mientras lo encuentro pueden pasar horas. Pero esta vez no es así, antes de lo que esperaba se me ocurre una idea perfecta y solo tengo que buscar las prendas.
Salgo de mi habitación y voy en busca de Mercedes, Sofia hace unos días está libre y como Emmy casi no sale, es ella quien me lleva. Le envío un mensaje a Jess para avisarle y salgo de la mansión lo más rápido posible.
Mercedes es un poco mas respetuosa y casi no se mete en mis asuntos, y eso me gusta, pero no pone música buena como Sofia.
Al llegar todas las miradas caen en mi, y aunque eso no me agrada, estando aquí sí. La mayoría de estas personas me trataban fatal, decían que me acostaba con Daniel y con Adonai y que por eso estaba aquí. Buscaban excusas para despreciarme y ahora, ahora no pueden decir nada porque tienen pánico.
Estuve averiguando un poco mas sobre la dichosa familia, las tradiciones y todas esas mierdas que me dijo la señora Miller los primeros días. En ese momento ignoraba el poder que tienen, lo mucho que valen y lo respetados que son.
Jessie al ser la heredera es la dueña de casi medio continente, dicen que la fortuna Lombardi no tiene un número exacto, eso sumándole que cada día aumenta sin medidas. Además, según los libros mas antiguos, son casi que los fundadores de esta ciudad, por eso les tienen tanto respeto, o miedo, no lo sé.
— El señor Adonai está en una reunión ahora mismo — me recibe la voz de la secretaria chillona de la última vez, pero esta vez mas educada y eficiente — . Me dijo que la hiciera pasar para que espere con mayor comodidad —ahora sí me cae bien, veo que aprendió algunas cosas en este mes —Si necesita algo puede hacerme llamar.
Entro sola a la oficina, después de que Mercedes echara un vistazo por encima, para quedarse en la puerta custodiando. Sorpresivamente no hay tanto desastre como me esperaba, alguno que otro papel regado, pero nada en especial. Al parecer Adonai también ha aprendido a ser organizado. Me sirvo un vaso de agua y me siento sobre el escritorio para esperar su llegada, no debe de tardar mucho.
Y no me equivoco, no tardó ni cinco minutos en llegar. Sé como funcionan las reuniones, si tardan mas de una hora todos se aburren, nadie entiende nada y al final sale mal. Por eso intentan terminarlas en un máximo de 45 minutos mas o menos.
— Pensé que bromeabas cuando dijiste que querías venir — dice a modo de saludo cuando entra en la oficina y me ve sentada en su escritorio con toda comodidad.
— Tenía planeado arreglar tu desastre, pero veo que ya maduraste y lo haces tu solito — me bajo del escritorio y camino hasta él para darle un abrazo —. Te extrañé mucho.
— Yo también te extrañé bonita — me sujeta fuerte y da vueltas conmigo en brazos, por lo que reímos ya que casi nos caemos.
— Cuéntame, qué tal va la empresa, me fui justo cuando tu padre quería sacar un nuevo proyecto y no me has contado nada de eso.
— Aún está en proceso, nadie sabe bien de qué se trata, pero no descansa casi. En casa todo es un desastre, quisiera echarle la culpa a ese proyecto, pero sé que se trata de él y sus culpas. Lleva muy mal todo lo de Oriana, el simple hecho de que ella lo detesta para él es fatal. Conmigo intenta ser mejor, pero su lado mas homofóbico sale cuando menos me lo espero, y es mejor evitarlo.
Se sienta en el sillón y respira con nostalgia, no se cómo ayudarle. Conozco la situación, de hecho, soy un poco culpable de algunas cosas, pero no tengo ni idea de como mejorarlo. Me siento a su lado para intentar buscar una solución.
— Quizá él está buscando la manera de mejorar, pero no le sale como quiere. Soy consiente de que te quiere mucho, pero tiene en contradicción su crianza.
— Eso da igual, cuéntame tu, ¿pensaste en lo que te dije hace un rato por llamada?
— Claro que sí, hoy se lo comentaré a Jessie a ver que opina, debe de haber algo que pueda hacer para distraerme y sentirme eficiente. Me limito a dormir hasta tarde, pasear por los jardines y pasar tiempo en la piscina con mis hermanos.
—¿Quieres ir a comer algo?—pregunta animado, como si una idea loca se le pasara por la cabeza.
— ¿Quieres ser fotografiado junto a mi y aparecer en tres revistas de chismes diferentes mañana?— pregunto divertida porque es justo lo que va a pasar.
— ¿Publicidad gratis por pasar tiempo contigo, en dónde firmo?— ambos reímos y acepto su invitación porque por lo visto aquí no hay mucho que hacer tampoco.
En el camino es inevitable no reírnos por las cosas que cuenta, han pasado algunas cosas de las que no tenía ni idea y eso me divierte muchísimo. Mercedes nos lleva a un restaurante un poco mas privado para no ser interrumpidos por nadie. De hecho, nos lleva al mismo al que fuimos Adonai y yo el día que me adoptaron.
Pasamos el rato y me sentí diferente, mas viva, mas normal. Me gusta salir, compartir con personas, no estar tan agobiada.
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Mejor vida (II)
RandomLibro 2 de la trilogía"Vidas" Mi vida no era perfecta, pero era feliz así. Mi razón de seguir son mis hermanos, en un lugar donde no se vive, se sobrevive. Ella nos salvó, y nos condenó. "Un Ángel y un Demonio hecho mujer".